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La abogada y autora del libro The Anxious Lawyer, Jenna Cho, utilizó su cuenta de Twitter para hacer un experimento en el que abogados le enviaban mensajes por DM (mensaje directo) a ser publicados anónimamente y a los que esta reaccionaría.
«Me sorprendí sobre algunas de las cosas que se me compartieron. Fue tan íntimo, vulnerable y honesto. Estaba escéptica sobre experimentar con esto, puesto que la mayoría de mis seguidores son abogados. Pero las respuestas que recibí, me sorprendieron mucho», indicó.
Según Cho, decidió publicar algunas de estas porque a menudo los abogados se sienten aislados en su experiencia y luchas.
«A menudo escucho de abogados que están luchando contra la depresión, el abuso de sustancias o de alcohol, y lo que más escucho de forma más común es esto: ‘me siento solo'».
Muchos de los mensajes recibidos denotan la insatisfacción de abogados con la profesión, y sus demandas. También, sobre la ansiedad que esta provoca.
«Aunque me gradué de Harvard, siempre estoy preguntandome si soy un buen abogado y si podré sobrevivir el mundo del derecho corporativo. Me sudan las manos de solo pensarlo», dice uno de los mensajes.
Otro de los mensajes lee: «Me preocupa que nunca podré ser tan buen abogado como cuando era abogado asociado hace quince años».
«El Derecho me ha dado todo, pero estoy emocionado con hacer algo diferente en el futuro. Me siento mal sobre esto porque actualmente tengo un muy buen trabajo».
«Pienso que muchas personas creen que soy un abogado con mucha confianza en mí mismo, pero soy muy inseguro. Quiero ser un buen abogado litigante, pero la realidad es que aterra el asumir verdaderamente un caso».
«Pienso en renunciar a mi trabajo todos los días».
«Estoy preparada para todo, excepto el practicar Derecho. Estoy en el punto en que me dejó de importar y no tengo nada de deseo.»
«Secreto: Me di cuenta al final de mi primer año, que sólo fui a la escuela de Derecho, porque era algo que la gente inteligente hacía. He odiado todo el proceso y nunca ejerceré mi práctica de forma tradicional. Soy un empleado de gobierno. ¡Que así sea- días feriados y nada que facturar!».
«Quiero renunciar y escribir ficción. Entré al Derecho porque me encanta escribir, pero no lo hago ya. El Derecho me quita toda la creatividad y encuentro mi práctica muy aburrida».
«Me encanta resolver problemas legales. Odio lidiar con los clientes y otros abogados. También odio tener que registrar mi tiempo y facturar».
Según Cho, el abrir estos espacios entre abogados para compartir frustraciones, puede abrir el diálogo sobre lo que significa ser abogado.
«Después de todo, los abogados somos sólo seres humanos, y como seres humanos, estamos sujetos a experiencias humanas», finalizó.