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Una decisión de una jueza de Texas tiene ramificaciones en Puerto Rico en aspectos relacionados a la contratación de empleados en el sector privado.
Tribunal anula reglamento de la FTC sobre la prohibición de las cláusulas de no competencia
La decisión de la jueza Ada E. Brown, del Tribunal de Estados Unidos para el Distrito del Norte de Texas División de Dallas, declaró ilegal un reglamento de la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos («FTC» por sus siglas en inglés) que prohibía las cláusulas de no competencia, mecanismo que entraría en vigor el próximo 4 de septiembre, pero que tras el fallo de la jueza queda suspendido.
Las cláusulas de no competencia surgen cuando un patrono exige que el empleado como requisito para ser contratado se compromete a que, cuando se vaya de esa empresa, no se vaya a trabajar con competidores de ese patrono.
El exsecretario del Departamento del Trabajo, Carlos Saavedra Gutiérrez, indicó que «los acuerdos de no competencia son controversiales. En Puerto Rico aún se pueden mantener en vigor, pero hay estados donde los han prohibido».
Explicó que la prohibición a la cláusula de no competencia en Puerto Rico es de un año. «Muchos patronos estaban pendiente a esta decisión (federal)», indicó.
En enero pasado, la FTC aprobó un reglamento que prohibía estas cláusulas futuras y derogaba las que se hubieran aprobado antes, según explicó Saavedra.
La prohibición incluía una notificación a los obreros de la entrada en vigencia del estatuto el 4 de septiembre próximo, que ahora no es necesaria.
La jueza en su orden del martes describió con dureza la acción de la agencia federal. «La FTC aprobó el reglamento de no competencia excediéndose en su autoridad estatutaria y la regla es arbitraria y caprichosa», resolvió la jueza.
La opinión de 27 páginas extiende una orden previa de interdicto que solo aplicaba entre las partes a una que tiene efecto «a nivel nacional», por lo que aplica a todas las jurisdicciones de Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico.
Saavedra, explicó que esta demanda, de la empresa Ryan en contra de la FTC, fue una de varias presentadas por empresas y representantes de compañías que buscaban también detener esta ley.
«No había ningún juez que pusiera un detente» hasta ahora, indicó Saavedra.
Hasta que llegó el caso de la empresa Ryan en Texas. Y justo a tiempo para los demandantes porque en dos semanas, el 4 de septiembre, entraban en vigor importantes disposiciones del reglamento.
El exjefe de agencia indicó que se trataba de cláusulas que buscaban proteger secretos de negocios de empresas, tanto grandes como aquellas que están comenzando, porque si pierden a un empleado importante ese secreto el empleado lo puede llevar al nuevo patrono.
Saavedra sostuvo que el Tribunal Supremo de Puerto Rico aclaró que en esta jurisdicción este tipo de cláusulas sólo puede aplicar a un grupo de empleados que puedan tener acceso a información de cierta naturaleza y no se puede imponer en todos los niveles de una compañía.
La intención del FTC, según Saavedra, era tener un reglamento ante este tipo de «competencia desleal» de las cláusulas de no competitividad porque limita que los empleados se puedan ir con otros patronos, que quizá les ofrecen mejores beneficios o salario.
En futuras etapas judiciales, Saavedra enfatizó que al ser un caso en Texas sería evaluado por el Quinto Circuito del Tribunal de Apelaciones, donde «va ser difícil» que prevalezca FTC.
Asimismo, Saavedra comentó que esta decisión federal ocurre en momentos en que el alcance de las decisiones de las agencias está bajo una nueva óptica desde la judicatura federal, como ocurrió recientemente cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos revocó la doctrina Chevron que establecía deferencia judicial a decisiones de las agencias administrativas.
«Las interpretaciones de agencias como la FTC van a tener más problemas en los tribunales. Más en este caso que la FTC por primera vez entran en un reglamento tan amplio»
Mientras, Jean G. Vidal Font, senior partner del bufete Ferraiuoli LLC, adelantó que puede haber un debate sobre los aspectos a favor o en contra de estas cláusulas respecto a los derechos de los trabajadores -al ser un acuerdo entre dos partes desniveladas económicamente y por parecer cláusulas tipo «contrato de adhesión»-, pero también es importante entender que se trata de cláusulas muy importantes en ciertos ámbitos, como el de propiedad intelectual.
«Para sectores como la propiedad intelectual se va a tener que repensar cómo capacitar y entrenar a los empleados», abundó Vidal.
Añadió que con la postura del FTC, prohibida mediante la decisión de Texas, de eliminar las cláusulas de no competitividad implicaba que se ponían en riesgo secretos comerciales importantes.
Especificó, sin embargo, que con la decisión la obligación que imponía el reglamento respecto a la notificación de empleados para el 4 de septiembre ya no está en vigor y que todo permanece igual que antes de la iniciativa del FTC.
Vidal aseguró que la decisión puede ser apelada, pero sería atendida por el Tribunal de Apelaciones para el Quinito Circuito, y afirmó que en ese foro hay pocas probabilidades de un fallo a favor de FTC.
«Es un tribunal que suele fallar en contra de (el presidente Joe) Biden», explicó Vidal.
Reconoció que no hay la misma certeza de que haya un fallo adverso en el Supremo federal. Agregó que jueces como el presidente John Roberts, cuyo voto permitió que sobreviviera el programa Obamacare, y el de Amy Coney Barret, pudieran inclinarse con lo tradicionalmente más liberales.