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Tres organizaciones que sirven a la población deambulante en San Juan hicieron un llamado esta semana para indicar que luego del paso del huracán María hay un aumento de personas de edad avanzada deambulando en las calles de la Capital, los cuales no son usuarios de drogas pero no tienen hogar, lo que constituye una emergencia social.
Esto lo dejaron ver representantes de las organizaciones Recinto pa’ la Calle, Huellas Urbanas y Operación Compasión; Héctor Ortiz y Franchelis Soto. Adicional a esto indicaron se han agudizado los efectos que provoca el uso de sustancias con un incremento en ulceraciones, accidentes y caídas en la población deambulante. Esto, a raíz de los pobres servicios de salud que recibe esta población luego del evento atmosférico.
Estas tres organizaciones —que sirven a las zonas de Río Piedras, Santurce y Condado y que llevan más de 5 años y atienden de 40 a 100 personas por noche— indicaron que «la Carta de Derechos del Paciente cataloga esto como una emergencia social, el hecho de que alguien de mayor edad se encuentre viviendo en la calle".
"Fácilmente después del Huracán en una noche entregábamos 150 platos de comida. Hubo un aumento de muchísimas ‘caras nuevas’ y en la cantidad de personas de edad avanzada sin hogar», detalló Soto.
Por su parte, Ortiz expresó que «en San Juan no existe un perfil homogéneo, cada caso es particular, pero sí tengo que decir que los que están alrededor de Centro Médico no son usuarios de sustancias sino que son personas enfermas y de edad avanzada en su mayoría".
A preguntas de los senadores José Vargas Vidot y Rossana López sobre si conocían a la persona enlace con el municipio de San Juan que ordena la Ley 130-2007 (conocida como "Ley para crear el Concilio Multisectorial en Apoyo a la Población sin Hogar" la cual establece y garantiza unos derechos) indicaron no conocerlo y que nunca se ha acercado a su organización. Asimismo, preguntaron sobre si conocen a personal de AMSSCA a lo que ambos contestaron no conocerlos.
«Nadie se ha acercado del concilio, además ni siquiera sabíamos que existía", sostuvo Ortiz.
Estas expresiones surgieron en audiencia pública de la Comisión para el Desarrollo de Iniciativas Comunitarias que preside Vargas Vidot y atiende la Resolución del Senado 153. Esta, de la autoría del Senador, ordena a esta Comisión a realizar un estudio sobre el fenómeno de la deambulancia en Puerto Rico con el objetivo de desarrollar un plan formal que aborde y defina objetivos medibles para su prevención y la reinserción social de las personas sin hogar.
«La gente se olvida que detrás del cartón y las sábanas hay alguien, una persona", expresó Héctor Ortiz, quien es estudiante de Administración de Servicios de Salud en el Recinto de Ciencias Médicas.
Además, este planteó que hay una desarticulación alrededor de la más importante institución de salud en el País. "Hay enfermedad en sus alrededores y es irónico, el Centro Médico debe insertarse en esta situación al igual que la academia", dijo. Asimismo, expresó que a su juicio este distanciamiento de las instituciones académicas y de salud se debe a una percepción de que su labor apoya a que la gente se quede en la calle.
También detalló que a muchos participantes de la organización Recinto pa’ la Calle se le niegan servicios en los centros hospitalarios de muchas formas, ya sea que los tratan mal, los ignoran o simplemente no los atienden. Este relató varios casos. Ante esto, Vargas Vidot indicó que citará en la próxima audiencia pública a todos los dueños de hospitales porque quiere conocer de primera mano esta situación.
Por otro lado, el representante y estudiante de Gerontología de la organización en Caguas Curitas Pal’ Barrio, Jonathan Orozco, sostuvo que nunca ha tenido conversaciones con el encargado del concilio multisectorial que aduce la Ley 130. Asimismo, dijo que fue solo antes del huracán María que tuvieron comunicación con personal de AMSSCA de la zona y mantienen comunicación con la institución municipal SANOS que les provee apoyo para referir casos.
Sobre el perfil del deambulante en Caguas indicó que «en su mayoría son jóvenes menores de 30 años, los varones de 19 a 24 años es una población en aumento la cual es adicta a sustancias controladas. Las personas mayores de 60 no son usuarios, simplemente no tienen hogar, pierden elegibilidad a la ayuda de un hogar, viven en áreas abandonadas o son de escasos recursos».
De igual forma, relató su experiencia en una noche de servicio detallando que los mueve esa sensación que observan en la expresión de los participantes, «a veces lo que creemos que ellos están esperando el café o el sándwich pero es la falta de oportunidad de hablar y poder expresarse, lo que nos dicen les hace falta».