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El presidente Joe Biden recientemente anunció que estará tomando medidas para fortalecer la democracia estadounidense y proteger el estado de derecho.

En los últimos años, el Tribunal Supremo ha anulado precedentes legales establecidos desde hace mucho tiempo que protegían los derechos fundamentales.

En un documento publicado el pasado lunes, 29 de julio de 2024, destacaron que el Supremo federal «ha desmantelado las protecciones de los derechos civiles, le ha quitado a la mujer el derecho a elegir y ahora ha otorgado a los presidentes una amplia inmunidad de enjuiciamiento por los delitos que cometen en el cargo».

«Al mismo tiempo, los recientes escándalos éticos que involucran a algunos jueces y juezas han hecho que el público cuestione la equidad y la independencia que son esenciales para que la Corte lleve a cabo fielmente su misión de brindar justicia a todos los estadounidenses».

El presidente Biden cree que nadie, ni el presidente del Supremo federal, está por encima de la ley, destacó Biden.

Ante esta crisis de confianza en las instituciones democráticas de Estados Unidos, el presidente Biden pide tres reformas para restaurar la confianza y la rendición de cuentas:

No hay inmunidad para los delitos que un expresidente cometió en el cargo: El presidente Biden comparte la creencia de los Fundadores de que el poder del presidente es limitado, no absoluto, y en última instancia debe residir en el pueblo. Está pidiendo una enmienda constitucional que deje en claro que ningún presidente está por encima de la ley o es inmune al enjuiciamiento por delitos cometidos mientras está en el cargo. Esta enmienda establecerá que la Constitución no confiere ninguna inmunidad contra acusaciones penales, juicios, condenas o sentencias federales en virtud de haber servido previamente como Presidente.

Límites de mandato para los jueces y juezas del Supremo federal: El Congreso aprobó límites a los mandatos presidenciales hace más de 75 años, y el presidente Biden cree que deberían hacer lo mismo con el Supremo federal. Estados Unidos «es la única democracia constitucional importante que otorga escaños vitalicios a los jueces y juezas de sus tribunales superiores.

Los límites a los mandatos ayudarían a garantizar que la composición del Supremo federal cambie con cierta regularidad; hacer que los plazos para las nominaciones del Alto Foro sean más predecibles y menos arbitrarios; y reducir la posibilidad de que una sola Presidencia imponga una influencia indebida para las generaciones venideras. El presidente Biden apoya un sistema en el que el presidente nombraría a un juez cada dos años para que pase dieciocho años en servicio activo en el Tribunal.

Código de Conducta vinculante para el Tribunal Supremo: El presidente Biden cree que el Congreso debe aprobar normas de conducta y ética vinculantes y exigibles que exijan a los jueces y juezas revelar regalos, abstenerse de la actividad política pública y recusarse de los casos en los que ellos o sus cónyuges tengan conflictos de intereses financieros o de otro tipo. Los jueces y juezas de la Corte Suprema no deben estar exentos del código de conducta aplicable que se aplica a todos los demás jueces federales.

«El presidente Biden y la vicepresidenta Harris esperan trabajar con el Congreso y empoderar al pueblo estadounidense para prevenir el abuso del poder presidencial, restaurar la fe en la Corte Suprema y fortalecer las barreras de protección de la democracia. El presidente Biden agradece a la Comisión Presidencial sobre la Corte Suprema de los Estados Unidos por su perspicaz análisis de las propuestas de reforma de la Corte Suprema».