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Bajo nuestra Constitución ‘los juicios estéticos y morales acerca del arte y la literatura’…están para ser hechos por los individuos, no para ser decretados por el gobierno, aún con el mandato o aprobación de la mayoría- cita inicial del amicus curiae, original de Brown v. Entm’t Merchants Ass’n, 131 S. Ct. 2729, 2733 (2011) (citando a United States v. Playboy Entm’t Group, Inc., 529 U.S. 803).
Varios cantantes de hip hop presentaron su argumentación como "amigos de la corte" («amicus curiae») exhortando al Tribunal Supremo de los Estados Unidos a que considere el caso de un joven suspendido de su escuela superior por publicar una canción de rap que alegadamente, amenazaba a dos entrenadores.
Entre los artistas que se unieron a esta gestión se encuentran T.I., Big Boi y Killer Mike, quienes proponen explicar a los jueces que el rap es un movimiento político y artístico que merece no solo la atención de los juristas, sino la protección de la Primera Enmienda.
Según los raperos, a pesar de que la historia del rap ha evolucionado y las multinacionales han incorporado el rap y el hip hop en campañas mediáticas y el mercadeo y su influencia se extiende hasta la moda y la cinematografía, su presencia cultural aún alude a sus «humildes comienzos». Bajo esa premisa, estos aluden a los inicios del género donde este tuvo un «importante rol político» en darle voz a las tensiones y contradicciones en el entorno público urbano.
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"El gobierno castigó a un joven por su parte- y más molestoso aún, por el género musical mediante el cual este decidió expresarse", lee el documento, que también explica que a pesar de su evolución, los fanáticos actualmente reconocen el rap como «una expresión de la cultura de oposición».
Mediante su petición, los raperos exhortan a los jueces a que escuchen la apelación de Taylor Bell, quien fue suspendido y enviado a otra escuela por publicar una canción en Facebook y YouTube que llamó la atención sobre el comportamiento erróneo de los maestros ante sus alumnas.
"Siguiendo una larga línea de raperos antes que él, Bell vió la oportunidad de confrontar una injusticia", explican los cantantes.
En una entrevista sobre esta gestión, Killer Mike expresó que entendía que cualquiera que conoce la ley es capaz de separar el arte y las letras, así se esté de acuerdo o no, del verdadero comportamiento humano.
"Creo que las cortes lo entienden cuando es Johny Cash. Creo que lo entienden cuando es Robert Nesta Marley", añadió.
Según el trasfondo del caso, este comenzó en el 2011, cuando Bell, un candidato a graduación en la Escuela Superior Agricultural de Itawamba en Missisipi, publicó una canción que hacía alusión a dos entrenadores. Esta se grabó luego de que varias estudiantes mujeres manifestaran que había sufrido de acoso sexual, físico y verbal, por parte de los entrenadores. La canción se grabó en un estudio profesional, fuera de la escuela, mientras el joven se encontraba de vacaciones.
Los funcionarios escolares castigaron a Bell, bajo el argumento de que este era culpable por intimidar y acosar a los maestros, amenazándoles de que iban a sufrir violencia mediante armas de fuego.