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La Fundación Puertorriqueña de las Humanidades (FPH) celebró la semana pasada el acto de reconocimiento al Humanista del Año, el profesor Efrén Rivera Ramos.
Rivera Ramos, que ha sido profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico por 42 años, recibió los aplausos de sus colegas y estudiantes en la Sala Jesús María Sonromá del Conservatorio de Música de Puerto Rico.
La noche comenzó con las palabras del presidente de la Junta de Directores de la fundación, el licenciado Jaime Toro Monserrate, y de la directora ejecutiva, Sonya Canetti Mirabal, quien nos llamó a buscar la belleza y la alegría al mirar al mundo.
Entonces, la profesora de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, Érika Fontánez Torres, presentó al humanista del año.
Para la profesora Fontánez Torres, el reconocimiento y el ejemplo que nos presenta el profesor Rivera Ramos es un recordatorio de que la educación jurídica debe ser humanista.
En un aparte con Microjuris, la profesora explicó que la educación jurídica debe ser humanista porque los problemas jurídicos también son problemas humanos. La enseñanza del derecho, a palabras de la también investigadora, debe ser integral e integrar la experiencia humana, el contexto y de dónde surjan las personas y las circunstancias.
De acuerdo con la profesora Fontánez Torres, a problemas complejos —como los que muchas veces se plantean en el derecho— se requieren respuestas complejas y, por eso, la educación jurídica también debe ser humanista.
La docente puntualizó la importancia de integrar las voces de las personas que se ven afectadas por las decisiones que se toman desde los foros regidos por el derecho y destacó la importancia de una ética humana entre quienes ejercen el derecho, no solo una ética profesional.
La profesora describió que —al filo de 30 años desde que vio por primera vez la firma a puño y letra de Rivera Ramos en su carta de admisión a la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico— reconoce que ese momento de asombro al ver una carta autografiada, cuando ya se estilaba el matasellos, fue el presagio a la ventana al alma de quien hoy es el Humanista del Año.
Para la profesora, Rivera Ramos es el jurista-humanista por excelencia.
Según Fontánez Torres, el profesor Rivera Ramos ha sido maestro de muchos y muchas para ser, pensar y hacer dentro de cada una de sus facetas.
La profesora también recordó que Rivera Ramos se ha negado al silencio, haciendo referencia al discurso que el docente ofreció cuando fue instalado como académico de número de la Academia Puertorriqueña de Jurisprudencia y Legislación, y que tituló «El Derecho y el silencio».
Puerto Rico está y siempre estará agradecido con Efrén Rivera Ramos por su amor, poesía y sabiduría, afirmó la profesora.
Entonces, después de un taco en la garganta y un abrazo, la profesora otorgó el micrófono al homenajeado.
Rivera Ramos, al tomar el micrófono, preguntó «¿Qué uno hace después de eso?«.
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