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La tecnología de grandes modelos de lenguaje no es nueva.
El ChatGPT, un robot conversacional creado por la empresa californiana OpenAI, ha logrado producir una sensación agradable por su experiencia amigable de interactuar con el cibernauta mientras establece un diálogo con buena comprensión lingüística.
Su dominio técnico y capacidad creativa ha capturado el interés de múltiples profesionales, incluyendo profesionales del derecho que han comenzado a interactuar con la plataforma.
El comentarista político y abogado, Armando Valdés Prieto, explicó a Microjuris que estos nuevos modelos pueden ser utilizados durante el proceso investigativo y será necesario que los profesionales aprendan a dominar estos nuevos sistemas.
«Todavía es una tecnología que está en pañales. El término inteligencia es una exageración. Creo que no tiene ciertas características que asociamos con la inteligencia. Pero, ciertamente, es un paso hacia adelante significativo e impresionante», destacó en entrevista con Microjuris.
De acuerdo a su descripción, ChatGPT es un prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado en 2022 por OpenAI que se especializa en el diálogo.
Su mayor potencial es que tiene la capacidad de utilizar una enorme cantidad de información de internet para redactar escritos, según se le solicite.
En días recientes, el abogado realizó un experimento en el cual le solicitó a la plataforma ChatGPT contestar una pregunta de la reválida de derecho de Puerto Rico. El resultado fue satisfactorio, aunque algunas contestaciones eran errores. Sin embargo, si se comparan con las Guías de Calificación del Tribunal, resulta que la nueva tecnología acumularía los puntos suficientes para aprobar el examen.
Sobre integrar el ChatGPT a la profesión legal, el abogado afirmó que existe la posibilidad de integrarla, incluso opina que no debe ser prohibida.
«Yo creo que la herramienta se puede integrar», dijo el abogado, quien enumeró una serie de pormenores de la plataforma, como contestar preguntas sobre el derecho estatal, contrario al federal, el cual tiene bastante información en línea.
Valdés Prieto sostuvo que en lugar de prohibir la inteligencia artificial en la academia, deben integrar estos sistemas.
«La academia no debe cerrarse a esta realidad. La academia no se puede encerrar y lo deben usar como un multiplicador de esfuerzos para trabajos de investigaciones», sostuvo.
Dijo, además, que la manera de evaluar el aprovechamiento debe cambiar.
Incluso, el abogado aseguró que en el proceso de investigación, este tipo de modelos pueden ser muy efectivos para que el estudiantado dedique más tiempo al análisis, pensamiento crítico y generar nuevas ideas.
El artículo GPT Takes the Bar Exam, de los profesores de derecho Daniel Martin Katz y Michael Bommarito, mostró recientemente que ChatGPT acertó la mitad de las respuestas del Multistate Bar Exam, frente al 68% de las personas que fueron examinadas en el 2022.
Además, profesores de derecho en la Universidad de Minnesota pusieron a ChatGPT a contestar sus exámenes a ciegas. La plataforma fue sometida a 95 preguntas de respuestas múltiples, así como una docena de preguntas de discusión, correspondientes a cuatro materias. Al final, el GPT contentó al nivel de un estudiante de C+.
Una nota de ScotusBlog mostró que cuando le preguntaron a ChatGPT por tres opiniones importantes de la fenecida jueza asociada del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, ChatGPT afirmó que Ginsburg escribió una opinión disidente en Obergefell v. Hodges, la histórica decisión que declaró el derecho constitucional al matrimonio entre personas del mismo sexo. Ginsburg, según ChatGPT, argumentó que el Tribunal debía dejar la controversia a los estados.
Por supuesto, esto es totalmente incorrecto.