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Por el Lcdo. Donald Milán Guindín
En mi primer año como estudiante de derecho le pregunté a una profesora qué libros yo debía tener en mi oficina cuando fuese abogado; su respuesta fue sencilla "eso dependerá de tu práctica". Con honestidad no quedé conforme con esa respuesta, aunque reconocí su valor. Aún no tengo la respuesta a mi interrogante, pero creo poder darle unas recomendaciones, al amigo lector, sobre los libros que no deben faltar en su oficina.
Nótese, que, la práctica del derecho (particularmente la del litigio) no se aprende y domina únicamente con el estudio de los libros. Sin embargo, estos libros que les recomiendo son de gran ayuda para entender y manejar los aspectos procesales que enfrenta día a día el abogado litigante.
El procesalista uruguayo Eduardo Couture apuntaba en sus primeros dos mandamientos de Los mandamientos del abogado:
"Estudia. El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado".
"Piensa. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando".
Añado otras recomendaciones para el disfrute del amigo lector en el ámbito legal: El abogado criminalista en Puerto Rico y El derecho en broma y en serio ambos de Pedro Malavet Vega y Lawyer My Trials and Jubilations de Joe Jamail.
Termino esta nota citando la obra Ciencia del foro o reglas para formar un abogado: "La lectura de los poetas no es inútil ni perjudicial a un abogado; porque además de que hay en sus obras muchas agudezas, sublimidad en sus palabras, agitación en sus pasiones, gracia y finura en sus pensamientos; el espíritu, fatigado con los negocios graves y difíciles, se restablece y desahoga también con estas materias agradables y divertidas". En otras palabras, amigo lector abogado, lea de todo un poco para su disfrute y el bien de su profesión, y para el beneficio de aquellos que buscan en usted justa defensa.
Las columnas deben enviarse a mad@corp.microjuris.com y deben ser de 600-800 palabras.