Las columnas deben enviarse a mad@corp.microjuris.com y deben ser de 600-800 palabras. 

Por Lcda. Leslie Martínez Botet

La Declaración de Derechos humanos supone un primer reconocimiento universal de nuestros derechos básicos y las libertades fundamentales. Promueve que son básicos, inalienables y aplicables en igual medida a todas las personas. ¿Será como nuestro Poder Judicial? Sí, ese mismo que condona un desacato a una exjuez e impone la penalización más alta al hambriento que no le queda otro remedio que apropiarse ilegalmente de sus medicamentos y cena por que lo echaron del lugar donde suele mendigar.

¿Sientes empatía por su dignidad? ¿Te has sentado a hablar con una persona sin hogar? ¿Sin familia? A mí me enseñaron a no juzgar antes de caminar en tus zapatos por más de una milla. Te invito a que hables con un hermano sin techo y le preguntes su historia.

Por años dirigí las cenas y los desayunos en la Parroquia San Francisco del Viejo San Juan. Heredé éste hermoso proyecto de Flor, la Mamá de Calle 13.

Me faltan palabras que pueden describir cómo conocer a estos personajes me humanizó.

Madre Teresa de Calcutta comprendió el síndrome de retirada de los usuarios. Gracias al Hogar Padre Bernard, yo lo comprendo también.

En mi fila los miércoles, conocí profesores universitarios, padres cuya custodia les había sido arrebatada, personas que no pudieron tolerar las consecuencias de sus divorcios, víctimas de la Ley 7 de Fortuño y uno que otro profesional de la salud con libre acceso al inventario de los medicamentos controlados a quien nadie fiscaliza.

Así como a nuestros gobiernos, legisladores y jefes de agencias que no nos rinden cuentas de su administración o falta de ella. Ahí entran en juego nuestros valores morales, ética, dignidad y verticalidad que debe ser inculcada en nuestros hogares. Nuestro Departamento de Educación debe suplir el vacío o el desconocimiento de los padres sobre el tema. Es más el estado debe ejercer su responsabilidad y deber  «Parens Patria» ante el fallo de nuestro núcleo social.

Es ese mismo deber «Parens Patria» del estado que debe asumir la Patria Potestad y custodia de los Deambulantes.

Un estudio reciente de Ayuda Legal revela que existen 240,000 unidades de vivienda sin utilización.

La Resolución 217 A (iii) indica que el repartir vivienda digna no es una recompensa por buen comportamiento.

El derecho a vivienda promueve una vida sin temor y sin miseria. ¿Podemos esperar que los gobiernos que nos llevaron a la Quiebra, tengan empatía con los Deambulantes? No la tienen ni con los que pagamos la luz. Solo la tienen con sus barriles de tocino.

Lamentablemente en Puerto Rico estamos viviendo un total menosprecio por nuestras vidas, nuestros recursos naturales y nuestros bolsillos. El presente régimen de gobierno es egoísta. Sólo piensa en auto enriquecerse y auto complacerse. No saben lo grande que es vivir para dar, sin esperar nada a cambio, vivir para amar.

¿En dónde es de aplicación el artículo 17 de la Declaración de Derechos Humanos ese que claramente estipula que toda persona tiene derecho a la propiedad individual y colectiva? ¡Ah, verdad! ¿¡Que los Deambulantes son invisibles!?

¿Cuál es el debido proceso de ley mediante el cual privan a los Deambulantes de vivienda?

¡El artículo 25 es mejor todavía!

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure a sí como a su familia salud, el bienestar y en especial la alimentación. Pregúntenme por los martes de zafacón.

Es un supuesto a vivir en paz, seguridad y dignidad. Sí fuera un escoge de reválida para nuestros gobernantes se colgarían. A lo mejor es nuestra culpa ya que algunos desconocemos la ejecución de nuestros representantes y senadores por distrito. ¡ Peor aún, no sabemos sus nombres! A lo mejor algunos electores son como los Deambulantes, no conocen sus derechos.

¿Cuántas familias todavía viven con toldos azules? Tenemos derecho a la libre circulación, pues circulemos a colgar al gobierno en el 2024 con un voto educado y estudiado.

Se que no puedo cambiar el mundo pero puedo empezar con Puerto Rico.

Las columnas deben enviarse a mad@corp.microjuris.com y deben ser de 600-800 palabras.