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En busca de abordar la intersección entre la comunicación y la abogacía, el licenciado Javier Ramos Rodríguez impulsó su más reciente proyecto titulado Abogar es comunicar.
El libro de la autoría del abogado busca que las y los profesionales del derecho desarrollen sus destrezas de comunicación, que es una de las herramientas más importantes para la práctica de la abogacía.
«Estoy convencido de que mientras mejores comunicadores seamos, mejores abogados vamos a ser», expresó Ramos Rodríguez, en entrevista con Microjuris.
La idea de escribir este libro surge porque, luego de Ramos Rodriguez llevar varios años en la práctica, decidió hacer una maestría en relaciones públicas. Al culminar la maestría, quedó fascinado con temas como el manejo de crisis y otras comunicaciones estratégicas.
«Entonces, me doy cuenta que la comunicación estratégica es precisamente el trabajo de un abogado. Nuestra herramienta de trabajo es la comunicación. Nosotros hablamos, escribimos, argumentamos. Son ejercicios comunicacionales», explicó.
Uno de los principales retos que enfrentó el también profesor Como fue encontrar el tiempo para investigar y escribir. Además, la inexistencia de literatura en Puerto Rico sobre el tema complicó un poco el proceso.
Según el abogado, Abogar es Comunicar quizás es el primer libro que se publica sobre este tema en la isla. Contó que, al surgir la idea de escribir sobre el tema, compartió una encuesta entre profesionales del derecho para conocer si había interés en aprender sobre destrezas de comunicación.
«De ahí surge que los abogados dicen que desean saber como hacer una entrevista, que decir y cómo decirlo, cómo hablar con los medios de comunicación, gestionar la imagen y la reputación», compartió.
A través del primer capítulo, Ramos Rodríguez reconoce el «tribunal de la opinión pública».
«Es de cómo los casos mediáticos son bien consumidos por la audiencia. Voy detallando cómo se puede manejar ese ‘tribunal de la opinión pública’ y cuáles son las consecuencias de no saber manejarlo. […] Discuto algunas instancias y algunos casos e historias de cómo la opinión pública afecta los resultados en el tribunal de justicia», agregó.
En el segundo capítulo, provee al lector unas herramientas para que analice sus habilidades comunicativas. Por medio de unos ejercicios podrán mejorar sus destrezas de comunicación y conocer sus fortalezas y debilidades.
Asimismo, en el tercer capítulo, el licenciado presenta la comunicación no verbal.
«Estoy convencido que la comunicación no verbal hay que controlarla y hacerla parte de nuestra comunicación intencional para que potencie nuestras palabras y potencie nuestras argumentaciones», aclaró.
Ya para el cuarto capítulo presenta historias de cómo las abogadas y los abogados reaccionan o deberían reaccionar ante preguntas de periodistas. El abogado detalla consejos sobre cómo hacer acercamientos estratégicos.
Por otro lado, el profesor mencionó que el texto puede servir de herramientas para relacionistas y periodistas en el ejercicio de la profesión.
«Para que vea desde el punto de vista del abogado como nosotros lo vemos, que necesitamos y viceversa. Conociendo la naturaleza del trabajo del abogado. […] Es importante que haya respeto entre todas las profesiones», resaltó.
Ramos Rodríguez aconsejó a las abogadas y los abogados a invertir en el desarrollo de las destrezas de comunicación para ser más efectivos dentro del tribunal y en cualquier escenario en el que la comunicación sea necesaria.
«Si un abogado no sabe expresarse bien, no puede abogar bien. Para abogar bien hay que comunicarse bien. Eso para mi es fundamental y exhorto a los compañeros a que se sigan desarrollando», puntualizó.