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La delegación de ciudadanos y organizaciones que se presentó en una audiencia temática el pasado 4 de abril, ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos para denunciar el problema que representa la deuda pública y la política fiscal para los derechos humanos en Puerto Rico, publicó sus hallazgos y conclusiones por medio de un informe.
El informe se titula «Deuda pública, política fiscal y pobreza en Puerto Rico» y aborda los temas de la política fiscal y los derechos humanos; el acceso a la información, transparencia y rendición de cuentas; y el derecho al trabajo digno en Puerto Rico, entre otros.
El informe es amplio en temática, incluyéndose además el tema del acceso a la salud, la salud mental en Puerto Rico, el acceso al agua, la diversidad funcional y el acceso a la justicia, todo enmarcado en como la crisis económica que sufre la isla limita la calidad de vida de sus habitantes.
"Para atender esta situación el gobierno ha adoptado diferentes medidas de austeridad fiscal que han tenido un serio impacto en las condiciones de vida de la población puertorriqueña, provocando un incremento de la pobreza y la marginación de las comunidades más vulnerables y generando mayor exclusión, desigualdad y discrimen. Estas medidas además, se han adoptado al margen de los principios y normas internacionales que requieren la adopción de "marcos legislativos, arreglos institucionales y mecanismos de consulta para garantizar la participación efectiva de todos los sectores de la sociedad, incluidos los órganos legislativos populares y las instituciones de derechos humanos, y sobre todo los sectores más vulnerables y desfavorecidos, en la elaboración, aplicación y evaluación de estrategias, políticas y programas, así como en el seguimiento y la supervisión nacional sistemática de su aplicación", inicia el informe.
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El documento es la ampliación del informe presentado en la audiencia pasada en el que participaron Annette Martínez, del Instituto Caribeño de Derechos Humanos y la Clínica Internacional de Derechos Humano de la Universidad Interamericana; José Caraballo, economista y catedrático auxiliar de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey; María Teresa Rodríguez, presidenta del Sindicato del Banco Gubernamental de Fomento y las abogadas Ariadna Godreau, Ataveyra Medina, Natalia Ramírez, Ana Irma Rivera Lassen y Osvaldo Burgos.
En dicha ocasión, el economista José Caraballo sentenció que Puerto Rico está en una profunda depresión económica en la cual se han perdido 268,000 empleos, solo el 28% de la población tiene trabajo, lo que unido a otros factores ha colocado a Puerto Rico en quinto país donde hay más desigualdad en el mundo. Caraballo responsabilizó no solo a los funcionarios públicos por el mal manejo de las finanzas y la corrupción en el país, sino que explicó que gran parte de la responsabilidad la tiene el gobierno estadounidense, que "desmanteló el principal motor económico de Puerto Rico basado en la exención contributiva a la manufactura sin proveer un plan alterno adecuado".
"La contracción económica indujo al gobierno a tomar prestado para contrarrestar la crisis", añadió.
Por su parte, la abogada Natalia Ramírez añadió que aunque el derecho de acceso a la información es reconocido, no es respaldado por legislación que le imparta "un efecto útil". Además, el gobierno menosprecia la capacidad del pueblo para entender y analizar los datos, el proceso de elaboración de presupuesto es permeado por la secretividad y se han creado presupuestos desvinculados a los gastos reales que incurrirá el gobierno. Ese manto de falta de transparencia y de poca rendición de cuentas contribuye a que el pueblo no pueda participar en la creación de un remedio que suponga la mejor alternativa para salir de la crisis.
Asimismo, María Rodríguez del BGF indicó que las medidas de austeridad planteadas por el gobierno para superar la crisis han supuesto el retroceso del derecho al trabajo digno, ocurriendo un despido masivo de empleados públicos, la suspensión de los convenios y la negociación colectiva, reducción en el sistema de jubilación y desvalorización de los derechos adquiridos por los trabajadores.
Ataveyra Medina tuvo a su cargo el tema de la falta de protección del derecho al desarrollo integral de la niñez y la educación, exponiendo el impacto que han tenido estas medidas de austeridad sobre los fondos dirigidos a la educación universitaria en la UPR, la falta de pago a los terapistas que dan servicios a los estudiantes de Educación Especial (45% del estudiantado) y la transgresión del Fideicomiso de los Niños, cuyos fondos se utilizaron para "emitir deuda" y beneficiar a los prestamistas, en lugar de dirigirlos al mejoramiento de la educación pública.
Por su parte, Ariadna Godreau denunció el impacto de la crisis económica en el acceso a la justicia y a una vivienda digna. En su exposición esta habló sobre los procesos de desahucio y ejecución de hipoteca, donde las personas no cuentan con una adecuada representación legal, por lo que ven minados sus derechos. Asimismo, denunció el desplazamiento de comunidades por parte del gobierno, por causa de un "desarrollo económico" cuya consecuencia es favorecer a los inversores foráneos, a los especuladores y borrar a los pobres. También resaltó que no existe un censo sobre la cantidad de propiedades abandonadas en el país y un contraste con las personas sin hogar.
Finalmente, esta explicó que los recortes en fondos han tenido un "impacto devastador sobre el acceso a la justicia", lo que no solo ha dificultado las gestiones de la población en los juzgados, sino que impide que las personas conozcan y ejerzan sus derechos. Por ejemplo, los fondos federales dedicados a la defensa de personas pobres en casos civiles se redujeron dramáticamente, se han paralizado las salas especializadas de violencia doméstica, y han cerrado tribunales en los lugares más pobres del país, lo que unido a un deficiente sistema de transportación pública dificulta a los más vulnerables el acceso a estos.
Finalmente, Osvaldo Burgos y Ana Irma Rivera Lassen expusieron las peticiones del grupo, entre las que figuran:
El gobierno de Puerto Rico, mediante la participación de Jesus Ortíz, Secretario de Relaciones Públicas, manifestó solidaridad con las expresiones de los miembros de la sociedad civil a la vez que denunció que en en mayo el gobierno tendrá que pagar 400 millones de dólares para el servicio de la deuda y sobre 700 millones en obligaciones generales que tienen protección constitucional.
La comisionada Margarette May Macaulay, quien presidió la comisión manifestó preocupación por la situación del país e indicó que "se debe trabajar fuertemente y maniobrar para resolver la crisis que enfrenta el país".