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La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) demandó a dos psicólogos contratados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) por el rol que asumieron estos en un programa de tortura sistémica a prisioneros del gobierno de los Estados Unidos. De acuerdo a la ACLU, los psicólogos deben ser responsabilizados por la tortura que sufrieron sus representados a manos de la CIA.
Artículo de interés: Out of the Darkness: How Two Psychologists Teamed up with the CIA to Devise a Torture Program and Experiment on Human Beings
La organización representa a tres ex prisioneros: Gul Rahman, Suleiman Abdullah y Mohamed Ahmed Ben Soud, ninguno de los cuales fue acusado por algún delito. De estos tres prisioneros solo Abdullah Salim y Ahmed Ben Soud viven, pues Rahman murió en la cárcel como resultado de la tortura.
Según un comunicado que la ACLU hiciera público, los psicólogos James Mitchell y John "Bruce" Jessen "ayudaron a convencer a la agencia a adoptar la tortura como su política oficial, devengando millones de dólares en el proceso". La tortura sobre la cuales los demandantes argumentan están detalladas en el informe del Comité de Inteligencia del Senado, publicado en diciembre de 2014.
De acuerdo al informe del Comité, los hombres diseñaron al menos algunos de los métodos de tortura utilizados en prisioneros de la CIA, participaron personalmente en parte de las sesiones de interrogación y supervisaron la implementación del programa para la CIA.
"Mitchell y Jessen conspiraron con la CIA para torturar estos tres hombres y a muchos más. Ellos expresaron que su programa estaba fundamentado científicamente, era seguro y probado, cuando en realidad no era ninguna de esas cosas. El programa era ilegal y sus métodos, barbáricos. La psicología es una profesión sanadora, pero Mitchell y Jessen violaron el código de ética de ‘no hacer daño’ de una de las formas más aborrecibles que se puedan imaginar", explicó Steven Watt, abogado de la ACLU.
Según las alegaciones de los demandantes, la CIA utilizó música de un grupo musical irlandés llamada Westlife a un volumen insoportable a los oídos. Particularmente Suleiman Abdullah narró que sus torturadores lo zambullían en agua helada, le golpeaban contra las paredes, lo colgaron de ataduras de metal mientras sus dedos apenas tocaban el suelo, lo encadenaron en posiciones estresantes durante días, le hicieron pasar hambre, no le permitían dormir y lo metieron en cajas pequeñas.
Luego de cuatro o cinco semanas de sufrir estas torturas, los torturadores determinaron que Suleiman estaba psicológicamente "roto" y por tanto no podría resistírseles. En ese momento el entonces prisionero decidió suicidarse, siendo detenido por sus carceleros. Luego de eso, le cambiaron de prisión para continuar con la tortura por varios años más. Suleiman fue encarcelado en el año 2003 y fue liberado en el año 2008.