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Por Daniel Rivera Vargas

Puerto Rico ha tenido al menos cinco reformas contributivas en cerca de medio siglo en el que se han logrado avances, pero aún hay oportunidades para desarrollar un sistema más simple y justo, según se discutió hoy en un conversatorio realizado por la Oficina de Presupuesto de la Asamblea Legislativa.

«Tenemos que mejorar muchísimo», dijo el economista José "Pepe" García.

La actividad ocurre en momentos donde los poderes políticos actualmente debaten una nueva reforma contributiva. La agenda del conversatorio, según programada, duraría unas tres horas e incluía un breve mensaje del director de OPAL, Luis Francisco Cruz Batista, y contaba como tema principal una ponencia con el economista García, autor del libro «Las reformas contributivas en Puerto Rico: trasfondo, impacto y alcance«.

García contó que la génesis de su libro fue una petición de sus estudiantes de administración pública, que comenzó con un ensayo, y comenzó hace 8 a 10 años.

«Revisar una reforma contributiva en el marco histórico es un tema demasiado complejo», dijo García, quien también fue director auxiliar de estudios económicos del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), de donde se retiró hace 15 años.

El economista y también profesor de la Escuela Graduada de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico dijo que el libro incluye un repaso histórico, donde incluso alude al cambio contributivo causado por el cambio de soberanía entre España y Estados Unidos en 1898.

Relató García que en Puerto Rico, durante esos primeros años bajo Estados Unidos, hubo mucha experimentación de políticas tributarias. «Aquí hubo income tax antes que en cualquier otro sitio en Estados Unidos», sostuvo.

Pero, aclaró, el libro se enfoca en las reformas contributivas desde la década del 70.

Las reformas contributivas en los pasados 50 años han ocurrido en 1975, 1987, 1994, 2006 y finalmente 2011, pero «no fueron implantadas en su totalidad», afectando su eficiencia.

Asimismo, en el libro y en el conversatorio se discutieron propuestas contributivas de relieve poco conocidas o que no tuvieron impacto, como cuando en 2015 se discutió el Impuesto al Valor Agregado o Añadido (IVA), cuando el Departamento de Hacienda era dirigido por el hoy senador Juan Zaragoza Gómez, una reforma de 2018 bajo Ricardo Rosselló Nevares, que no evaluó por insuficiencia de datos y enmiendas de la entonces gobernadora Wanda Vázquez Garced, según contó.

García abogó por que las reformas promuevan la simplicidad en el trámite contributivo. El economista entiende que esto es algo que se ha ido logrando en Puerto Rico.

Por ejemplo, para los 70 hubo tasas confiscatorias de 89%, con cerca de 20 tasas, y eso ha ido cambiando. «A través de la historia ha habido una reducción significativa en el número de tasas... pero cuidado, esto tiene un efecto en los recaudos», sostuvo.

Aunque hace falta simplificar más en Puerto Rico, la reforma contributiva de 1994 ayudó mucho a simplificar lo que había antes, con el primer Código de Rentas Internas, agregó. «Esto fue un shot positivo, aunque aún tenemos que mejorar muchísimo», comentó.

En el aspecto de simplificación, hay modelos internacionales exitosos anclados en la digitalización, como en Canadá que se pueden pagar las planillas a través de una aplicación móvil (app). Puerto Rico ha dado pasos de avance, según describieron, refiriéndose a la plataforma SURI.

Las reformas contributivas son importantes, y deberían ser parte de la política fiscal del archipiélago, porque la «política fiscal es un instrumento para una estrategia de desarrollo», señaló García.

El profesor dijo que la revisión de reforma contributiva debe ser un proceso dinámico, que sirva como agente de cambio, pero con un sistema para que haya continua evaluación y propuestas de cambio.

El libro incluye también datos sobre la tasa de evasión contributiva en Puerto Rico, renglón en el que se ha logrado una reducción.

Algunas de las conclusiones del libro son que la política de exención industrial a nivel federal y estatal trajeron beneficios, pero también costos fiscales onerosos porque limitaron la capacidad de recaudo y limitaron a las empresas locales. Se concluye que el impuesto al consumo ha sido regresivo y que «las cinco reformas no han incluido cambio en el impuesto a la propiedad, lo que ha afectado la equidad, no sé por qué».

Recomendaciones para el futuro

En el área de recomendaciones para futuros, el estudioso dijo que se deben implementar mecanismos legales que impidan cambios súbitos tributarios, que se trate de una reforma integral o —como lo define la Junta de Supervisión y Administración Financiera— «holística«.

A palabras del autor, debe haber impuestos a los individuos con menos escalas para mejorar la administración de la reforma, bajar las tasas contributivas y evaluar las tasas de propiedades inmuebles, que no se han tocado en 65 años.

«Lo de propiedades inmuebles nos da característica de país subdesarrollado«, lamentó García.

En su saludo, Cruz Batista resaltó la importancia del libro de García.

«Estamos en deuda con Pepe por el tiempo de análisis, de investigación, de estudio de esa trayectoria tributaria que incluye los últimos años del siglo 19, todo el siglo 20 y las actuales décadas del siglo actual», dijo Cruz Batista.

Luego de la presentación de García, el conversatorio continuó con otra ponencia sobre experiencias con la estimación de los recaudos y las reformas contributivas por el exsecretario auxiliar de asuntos económicos del Departamento de Hacienda, Edwin Ríos.

Esto fue seguido por un panel de reacción con la exsecretaria de Hacienda, Teresita Fuentes, el Contador Público Autorizado (CPA) Ronaldo López, y el también CPA Kenneth Rivera Robles, finalizando con una sesión de preguntas y respuestas que se extendió por más de una hora.

En el panel, el CPA López elaboró que probablemente no ha existido en Puerto Rico una verdadera reforma contributiva porque esto presupone una transformación de fondo y con objetivos claros, y no tenían una visión a largo plazo, sino que respondía a intereses de la época como rebajar tasas contributivas o aumentarlas.

«Nosotros somos bien generosos con el término reforma», dijo el CPA Rivera Robles.

Fuentes señaló que lo importante es la sustancia de lo que surge en cada esfuerzo de reforma y que lo importante es cuán ambicioso son los cambios. «Me río porque en el 2018 dije ‘eso no es una reforma, esos son cambios’, pero ese era el título que le pusieron», contó la exjefa de Hacienda.

Fuentes contó que, entre sus experiencias en el sector privado, ha tenido situaciones de clientes donde han decidido no operar desde Puerto Rico, sino hacerlo desde Miami, por las complejidades del sistema tributario local.

«Algo tenemos que mejorar como país para mejorar las transacciones económicas», sostuvo Fuentes.

Sobre el tema de lecciones aprendidas en pasadas reformas, Fuentes advirtió sobre «medidas simpáticas» que erosionan la capacidad de recaudos. Por ejemplo, identificó que hubo cerca de 55 exenciones al sistema de arbitrios.

López exhortó a tratar de minimizar las tentaciones del proceso político cuando se habla de reformas contributivas. «No se deben aprobar reformas contributivas en año electoral», sostuvo López.

Sobre mirar cambios internacionales, Fuentes destacó que no se deben descartar modelos internacionales, pero se debe estar consciente que la mayoría de las empresas que hacen negocios en Puerto Rico son estadounidenses y, por lo tanto, hay cambios que se les hará difícil de entender y comenzarán a incumplirlos.

De acuerdo con Fuentes, esa fue una de las preocupaciones que surgió con la posibilidad de implantar el IVA, que finalmente no se aprobó.

«Hay que tener cuidado con los cambios que se hacen», señaló la CPA.

Este conversatorio se celebró el martes, 24 de octubre, desde el salón Víctor Sotomayor, en el tercer piso del Edificio de Medicina Tropical en Puerta de Tierra.