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Por el Lcdo. Ángel R. Rivera de la Cruz, PE

Eficiencia Energética se define como la implementación de programas y mecanismos dirigidos a reducir el consumo eléctrico, mientras se obtiene el mismo nivel y calidad de servicio. La Ley 17-2019, Ley de Política Pública Energética de Puerto Rico, establece como uno de los objetivos principales alcanzar la meta de 30% de Eficiencia Energética para el año 2040, según establece la Ley 57-2014, Ley de Transformación y ALIVIO Energético de Puerto Rico.

De acuerdo con el Reglamento 9367, la meta de 30% representa una reducción en consumo anual de 4,744 GWh (i.e., 30% de las ventas netas de 2019). Para poner esto en perspectiva, la meta representa la eliminación de poco más de 630 MW de capacidad, equivalente a apagar una de las unidades de vapor de Aguirre (450 MW) y poco más de 180 MW en unidades pico, que son las más ineficientes y costosas de nuestro sistema. Esto redundaría en un ahorro significativo en costos de combustible y de operación de estas unidades.

Para propósitos de planificación, Eficiencia Energética se considera un recurso de generación dado que, en la medida en que se reduce el consumo, se reduce la necesidad de invertir en activos de generación. Por consiguiente, los fondos asignados a Eficiencia Energética no deben verse como un gasto o cargo adicional sino más bien como una inversión de capital en activos de generación a la inversa. Se invierte en Eficiencia Energética para evitar invertir en plantas adicionales de generación o para sustituir plantas existentes.

Más aún, se ha demostrado que Eficiencia Energética, como recurso de generación, es más económico que todos los demás recursos disponibles. Eficiencia Energética es más económico que los recursos de generación renovable y que todas las clases de generadoras que operan utilizando combustibles fósiles. Según establecido en el Plan Integrado de Recursos, invertir en Eficiencia Energética redundará en una reducción significativa en la demanda y en la inversión de capital necesaria para proveer el servicio eléctrico a largo plazo. Esto reducirá los cargos que pagarán los consumidores.

Programas de Eficiencia Energética han sido implementados exitosamente en gran parte de las jurisdicciones de Estados Unidos. En el estado de Vermont, el programa Efficiency Vermont ha logrado una reducción de 20.9 millones de MWh en el consumo de sus participantes redundando en un beneficio de más de $3,000 millones en los primeros 21 años del programa.

De otra parte, en el 2008 el estado de Hawaii estableció una meta de reducir 4,300 GWh de consumo anual para el 2030. Desde ese momento, Hawaii implementó un programa agresivo de Eficiencia Energética y está encaminado a cumplir con la meta trazada.

En términos económicos a largo plazo, Eficiencia Energética tiene un retorno en inversión de entre $2 y $3 por cada $1 invertido. Esto sin tomar en consideración los beneficios ambientales que resultan del desplazamiento de las unidades de generación fósil. En el caso de Vermont, se han evitado la emisión de sobre 13 millones de toneladas métricas de residuos contaminantes producto de la quema de estos combustibles.

Debemos destacar que los programas más exitosos en los Estados Unidos, incluyendo los programas de Vermont y Hawaii, son sufragados por los clientes de las utilidades eléctricas mediante un cargo aplicable a la tarifa por consumo. Como discutimos anteriormente, estas jurisdicciones no interpretan este cargo como un gasto sino más bien como una inversión de capital que, a largo plazo, reduce el costo total de operar el sistema.

La verdadera transformación de nuestro sistema eléctrico será el resultado de una combinación de recursos y de la implementación de acciones variadas, de las cuales Eficiencia Energética es un componente esencial. Debemos aprovechar la oportunidad de implementar este importante recurso que redundará en un marcado beneficio a largo plazo para todos los consumidores y para la economía de Puerto Rico.

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