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La decisión del presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, de indultar a su hijo Hunter por las condenas criminales federales en su contra representa, por un lado, el ejercicio de una facultad exclusiva del cargo que ocupa hasta el 20 de enero. Sin embargo, también conlleva un costo político significativo, según el abogado y analista Leo Aldridge.
Este domingo, Biden anunció su decisión de indultar a su hijo en los casos en su contra, que incluyen uno por evasión contributiva y otro por falsear información relacionada con un arma de fuego. El presidente saliente argumentó que su hijo fue víctima de persecución política y recibió un trato distinto al de otros acusados por situaciones similares debido a su vínculo familiar.
«Sin factores agravantes como el uso en un delito, compras múltiples o la compra de un arma solo para él, casi nunca se lleva a juicio a personas acusadas de delitos graves únicamente por cómo llenar un formulario de armas. Aquellos que se retrasaron en el pago de sus impuestos debido a adicciones graves, pero que los devolvieron posteriormente con intereses y multas, suelen recibir resoluciones no penales. Está claro que a Hunter se le trató de forma diferente», dijo el presidente.
La intervención de Biden se da a pesar que -como él reconoce en un comunicado de prensa- el saliente presidente había dicho que no intervendría en la toma de decisiones del Departamento de Justicia de Estados Unidos en el caso de su hijo.
«Durante toda mi carrera he seguido un principio sencillo: basta con decir la verdad al pueblo estadounidense. Serán justos. Esta es la verdad: creo en el sistema judicial, pero mientras he luchado con esto, también creo que la política bruta ha infectado este proceso y ha llevado a una injusticia – y una vez que tomé esta decisión este fin de semana, no tenía sentido retrasarla más. Espero que los estadounidenses comprendan por qué un padre y un presidente han tomado esta decisión», sostuvo Biden en sus declaraciones escritas.
En entrevista con Microjuris, Aldridge señaló que el poder constitucional del indulto es extremadamente amplio y no puede ser revisado por ninguna entidad judicial o legislativa.
Aunque en el caso de Hunter Biden no se conoce de ningún proceso formal, Aldridge explicó que, en la práctica, existe un comité revisor adscrito al Departamento de Justicia. Este comité evalúa las solicitudes de indulto presentadas al presidente y emite recomendaciones a la Casa Blanca.
«Esto es llamativo, pero hay decenas de miles de personas que piden clemencias ejecutivas. Yo las he pedido para algunos clientes», dijo Aldridge.
Se trata de un poder que hay tanto en el gobierno federal a través del presidente como en el estatal en los gobernadores, y tiene una raíz histórica mucho más antigua que la existencia misma de Estados Unidos, según la explicación del licenciado Aldridge porque resulta que el indulto es una facultad heredada de los tiempos de los reyes y reinas.
«Es uno de los pocos legados que quedan de la monarquía, en el sentido de que no se ciñe a lo que tradicionalmente conocemos como la separación de poderes, es un poder, el ejecutivo, diciéndole al otro, al judicial que lo que ellos han hecho se invalida», mencionó Aldridge. «Es el legado de una filosofía monárquica de que el rey lo puede todo», dijo.
Pero también es un poder «poco común», dijo. «Se supone que se usa para corregir grandes injusticias, ‘miscarriages of justices’, que se dan. Yo soy personalmente partidario de que haya ese último recoveco para que la persona encarcelada injustamente tenga su libertad», mencionó.
Aldridge explicó que la única forma de limitar ese amplísimo poder del indulto sería a través de una enmienda constitucional, un proceso «extremadamente complicado» que requiere la aprobación de una supermayoría en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, así como el respaldo de dos terceras partes de las legislaturas estatales de los 50 estados.
El indulto es un poder que se presta para controversias, reconoció Aldridge, como lo fue por ejemplo cuando el expresidente Bill Clinton indultó a su hermano George Clinton de unos cargos federales de drogas. Precisó que el indulto del presidente solo se puede aplicar a casos federales y no estatales.
Más allá del aspecto jurídico o legal, la decisión de Biden tendrá connotaciones políticas porque el sucesor de Biden, Donald Trump, se espera que indulte a numerosos allegados o simpatizantes, como abogados, estrategas e incluso implicados en el asalto del 6 de enero de 2021.
«A todas esas personas probablemente se le ofrezca una clemencia ejecutiva y el partido demócrata tendrá un standing moral mucho menor para criticar este proceder porque sencillamente van a decir: ‘mira, ustedes lo hacen también’. Y lo refrendaron cuando el presidente Biden perdonó a su hijo», sostuvo.