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Por John Nogueras Gantú, JD, BSW
La Inteligencia Artificial (IA) ha comenzado a amenazar la Propiedad Intelectual (PI) tal y como la conocemos hoy en día. No hay duda de que la definición de PI desde su génesis con "El Estatuto de la Reina Ana" promulgado el 10 de abril de 1710, ha cambiado drásticamente. Tal protección constituyó un antecedente histórico de gran importancia en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual. Fue la primera norma legal que reconoció lo que se conoce en el derecho anglosajón como copyright.
El impacto de la IA en la creación de contenido no tiene precedente alguno con el que se pueda comparar lo que experimentamos en la actualidad.
En esta entrega elaboraremos una discusión sucinta sobre cómo la inteligencia artificial está afectando el derecho de propiedad intelectual, debido a la capacidad computacional de las máquinas para crear contenido original y la dificultad para determinar la autoría de las obras producidas por la IA.
La tecnología de IA ha avanzado significativamente en los últimos años y ha comenzado a utilizarse para crear imágenes, que van desde la generación de composiciones a partir de texto hasta la creación de modelos de personas que nunca han existido. Sin embargo, esta nueva tecnología también presenta problemas de copyright en múltiples modalidades.
La IA se está convirtiendo rápidamente en una herramienta crítica para empresas de todo tipo, incluyendo aquellas involucradas en la protección de propiedad intelectual. Sin embargo, hay una serie de problemas inherentes al uso de tecnologías de IA en la protección de PI, especialmente en lo que respecta al adiestramiento ético de los datasets.
Responsabilidad por el contenido generado por Inteligencia Artificial
Las imágenes generadas por IA pueden considerarse una obra creativa que merece protección de derechos de autor. Si bien la IA en sí misma no puede reclamar sus derechos de autor, puede ser difícil determinar quién es el propietario de los derechos de autor de una imagen generada por IA.
En nuestra jurisdicción opera el fair use (uso legítimo o uso justo). Se trata de una excepción al derecho de autor que permite el uso de una obra protegida por derechos de autor sin la autorización del titular de los derechos de autor.
El fair use se aplica en el contexto de la propiedad intelectual, específicamente en el derecho de autor, y se rige por la ley. El fair use permite el uso de material protegido por derechos de autor en ciertas circunstancias, como la crítica, la parodia, la educación, la investigación y la información pública.
Una forma en que las empresas de IA pueden obtener datos es a través del uso de la doctrina de «uso justo» (fair use).
El uso justo permite el uso de material con derechos de autor sin el permiso explícito del titular de los derechos de autor en ciertas circunstancias.
Los tribunales estadounidenses han identificado cuatro factores que deben considerarse para determinar si el uso de un material protegido por derechos de autor es justo o no.
Estos factores incluyen:
En lo que respecta a la formación de algoritmos de IA, el propósito y el carácter del uso son los factores más relevantes para evaluar si el uso es justo o no. Las empresas de IA pueden argumentar que el uso de los datos de entrenamiento está destinado a fines educativos o de investigación, y por lo tanto, se realiza sin fines de lucro o sin fines comerciales. Sin embargo, en algunos casos, estas empresas también pueden argumentar que el uso comercial de los datos de entrenamiento está justificado, ya que el objetivo final es crear un producto o servicio que sea beneficioso para los consumidores.
La complejidad de las leyes de derechos de autor en relación con la IA y la falta de precedentes claros en los tribunales hacen que el uso justo sea un área complicada y controvertida para las empresas de IA. Aunque el uso justo puede ser una forma útil para que las empresas de IA obtengan los datos necesarios para entrenar sus algoritmos, es importante que sigan las pautas éticas y legales para proteger los derechos de los titulares de los derechos de autor y garantizar que se respeten los derechos humanos y la privacidad de los datos.
La IA puede generar esquemas utilizando elementos de imágenes existentes, lo que puede dar lugar a problemas de derechos de autor si se utilizan elementos protegidos por derechos de autor sin permiso.
Si la IA utiliza composiciones con derechos de autor, el uso del modelo generado por IA también podría ser considerado como una violación de los derechos de autor.
Si se utiliza una imagen generada por IA que infringe los derechos de autor de otra persona con la intención de obtener una ganancia financiera, esto podría ser considerado un delito penal. Las consecuencias penales podrían incluir una multa, la confiscación de bienes y, en casos extremos, la prisión. En cuanto a derechos de autor, la ley federal (17. U.S.C. §506) tipifica como delito la violación intencional de derechos de autor cuando se ejecuta con el propósitos de beneficiarse de manera económica o con ventaja comercial tal acto conlleva una pena de 1 a 10 años de reclusión, dependiendo de la severidad de la infracción.
La obra de arte «Portrait of Edmond de Belamy» se vendió por más de $400 mil en una subasta de Christie’s en Nueva York en octubre de 2018, superando significativamente su precio estimado de venta.
Sin duda alguna ha sido una clara demostración de que la inteligencia artificial puede ser una fuerza innovadora en la creación artística y una fuente de valor económico en el mercado. Sin embargo, esto también ha planteado preguntas críticas sobre la propiedad intelectual y el reconocimiento del autor en un mundo donde las máquinas son capaces de producir obras de arte.
¿Quién es el verdadero autor de la obra? ¿Es la inteligencia artificial que creó la imagen, la firma de Obvious Art que la programó o los artistas humanos detrás de la firma? ¿Qué derechos de autor y propiedad intelectual se aplicarán a la obra? Estas son preguntas cruciales que han sido debatidas en foros legales y artísticos desde la venta de la obra.
Algunos sostienen que la obra es simplemente un producto generado por la inteligencia artificial, por lo que no tiene derechos de autor. Otros grupos argumentan que los programadores y artistas humanos detrás de la inteligencia artificial son los verdaderos autores y merecen ser reconocidos como tal. La situación ha abierto un debate sobre cómo se aplicará el derecho de propiedad intelectual en el futuro, a medida que la inteligencia artificial sigue avanzando y produciendo obras creativas.
En cualquier caso, la venta de Portrait of Edmond de Belamy ha demostrado que la inteligencia artificial tiene la capacidad de crear obras de arte de gran valor en el mercado. Esto plantea preguntas interesantes sobre el futuro de la propiedad intelectual y el papel de la inteligencia artificial en la creación artística. Es necesario que se tomen decisiones claras y justas en relación a estos temas, de modo que se fomente la innovación y se proteja la creatividad.
El uso comercial de imágenes generadas por IA se refiere a la práctica de utilizar algoritmos de inteligencia artificial para crear imágenes que se pueden utilizar en campañas publicitarias, sitios web, redes sociales y otros fines comerciales. A medida que la tecnología de la inteligencia artificial se vuelve más sofisticada, estas imágenes pueden ser cada vez más realistas, lo que las hace atractivas para las empresas que buscan crear contenido visual de alta calidad de manera más eficiente y económica.
Las empresas pueden utilizar la IA para generar imágenes para su uso comercial. Sin embargo, si estas imágenes contienen elementos protegidos por derechos de autor, puede ser difícil determinar si se ha obtenido el permiso adecuado para su uso. Cualquiera que sea la valoración, el uso comercial de imágenes generadas por IA plantea varias preocupaciones legales y éticas que repercuten sobre el autor de la obra original.
La IA también puede utilizarse para generar imágenes de personas que nunca han existido, lo que puede plantear problemas de privacidad. Si se utilizan imágenes generadas por IA de personas reales, también puede haber preocupaciones de privacidad y de derechos de imagen. En ocasiones, la IA es capaz de crear escenas o circunstancias sobre personas que nunca han ocurrido o nunca han existido. Tal y como ha sucedido recientemente con las imágenes del expresidente Donald J. Trump, el cual ha sido objeto de otro escándalo mediático con potenciales imputaciones de carácter delictivo y como resultado están circulando imágenes falsas esposado e incluso algunas entre rejas, creadas evidentemente con el uso de IA, previo a su actual arresto en la ciudad de Manhattan.
La protección de la privacidad de los datos también es una preocupación importante. Cuando se utilizan datos para entrenar una IA en la protección de la PI, se pueden recopilar y procesar grandes cantidades de datos sensibles. Si estos datos caen en manos equivocadas, pueden utilizarse para fines nefastos como el robo de identidad o la suplantación de identidad. Por lo tanto, es importante que las empresas que utilizan la IA para proteger la PI tengan en cuenta la privacidad de los datos y adopten medidas adecuadas para protegerlos.
Un dataset es un conjunto de datos estructurados que se utilizan para entrenar algoritmos de aprendizaje automático y a la inteligencia artificial. En el caso de la producción de imágenes, los datasets consisten en grandes cantidades de imágenes que se utilizan para entrenar a los algoritmos de IA para producir nuevas imágenes.
Los datasets se pueden obtener de diversas fuentes, como repositorios en línea, empresas especializadas en la producción de datos o la recopilación de datos por parte de las propias empresas que utilizan la tecnología de IA. Sin embargo, el uso de datasets que contengan imágenes protegidas por derechos de autor sin el permiso adecuado puede ser considerado una infracción de los derechos de autor.
Por lo tanto, las empresas y los individuos que utilizan tecnologías de IA para producir imágenes deben tener cuidado al seleccionar y utilizar datasets que contengan imágenes protegidas por derechos de autor y deben obtener los permisos adecuados para utilizar cualquier material protegido por derechos de autor. De lo contrario, podrían enfrentar acciones legales, tanto civiles como penales, por infracción de derechos de autor.
Según el sitio web Léxica, que rastrea más de 10 millones de imágenes y sugerencias generadas por Stable Diffusion (SD) es un modelo de inteligencia artificial de aprendizaje profundo desarrollado por OpenAI, compañía a creadora por igual de ChatGPT, el nombre de Rutkowski se ha utilizado como sugerencia alrededor de 93,000 veces.
Rutkowski es un artista digital polaco que utiliza estilos de pintura clásicos para crear paisajes de fantasía oníricos. Ha hecho ilustraciones para juegos como Horizon Forbidden West de Sony, Anno de Ubisoft, Dungeons & Dragons y Magic: The Gathering. Se ha convertido en un éxito repentino en el nuevo mundo de la generación de imágenes de IA de texto a imagen, pero no por las razones más convencionales.
Su estilo distintivo es ahora una de las sugerencias más comúnmente utilizadas en el nuevo generador de arte de IA de código abierto (SD), que fue lanzado a finales de agosto de 2022. La herramienta, junto con otros modelos de IA populares para generación de imágenes, permite a cualquiera crear impresionantes imágenes basadas en sugerencias de texto. En palabras sencillas, presuntamente este modelo de IA ha sido entrenado con el trabajo de este artista gráfico.
Stability.AI, la empresa que construyó (SD), entrenó el modelo en el conjunto de datos LAION-5B, que fue compilado por la organización sin fines de lucro alemana, LAION. Según Andy Baio, tecnólogo y escritor que descargó y analizó algunos de los datos de (SD), LAION filtró las imágenes con marcas de agua y aquellas que no eran estéticas, como imágenes de logotipos, para crear el conjunto de datos. Baio analizó 12 millones de las 600 millones de imágenes utilizadas para entrenar el modelo y encontró que una gran parte de ellas provienen de sitios web de terceros, como Pinterest y sitios de compras de arte, como Fine Art America.»
Son un sin número de artistas que han encontrado su nombre en las sugerencias de las imágenes creadas por IA, que no pueden hacer nada realmente por la falta de estandarización en la forma en que se adiestran los datasets de IA. Cada empresa o organización tiene sus propios métodos de adiestramiento y procesamiento de datos, lo que significa que puede haber una gran variación en la calidad y relevancia de los datasets utilizados. Esto puede dificultar la colaboración y el intercambio de información entre diferentes organizaciones involucradas en la protección de PI.
Actualmente, no hay una estandarización en la forma en que se adiestra a una IA en la protección de la PI. Cada empresa o organización puede tener sus propios métodos de adiestramiento y procesamiento de datos, lo que hace que la comparación de resultados entre diferentes organizaciones sea difícil. Además, esto puede limitar la capacidad de colaboración y el intercambio de información entre diferentes organizaciones. Una solución potencial podría ser establecer un conjunto de estándares y prácticas recomendadas para el adiestramiento de datasets para la protección de PI.
Otro problema importante con el adiestramiento de datasets de IA para la protección de PI es la calidad y relevancia de los datos utilizados. Para que una IA sea capaz de identificar y proteger la PI de manera efectiva, debe ser entrenada con datos precisos y relevantes. Si el dataset utilizado no está actualizado o es incompleto, la IA puede pasar por alto elementos críticos de la PI y dejarla vulnerable a la infracción.
En conclusión, la tecnología de IA tiene el potencial de ser una herramienta efectiva en la protección de la propiedad intelectual, pero también presenta una serie de desafíos que deben abordarse con cuidado.
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