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El proceso de mediación es uno donde partes en conflicto buscan la forma de llegar a acuerdos que sean mutuamente beneficiosos. Para facilitar el proceso de la mediación existe un interventor neutral llamado el mediador que es escogido por las partes.
El mediador será imparcial y ayudará a todas las partes por igual a llegar a acuerdos mutuamente satisfactorios sin abogar por los intereses de una de las partes en el proceso. Un mediador no necesariamente es un abogado. Pero sí es un tercero imparcial que pretende que los implicados en el conflicto tomen conciencia de su rol, es decir, que asuman su responsabilidad a la hora de alcanzar acuerdos. Para ello, es importante que el mediador sea capaz de reducir las tensiones y las controversias ya que si no se reduce mínimamente el nivel de confrontación es probable que se produzca una escalada del conflicto que obligue al mediador a dar por finalizados los esfuerzos de mediación.
El mediador comienza por escuchar a las partes para poder identificar sus necesidades y enfocarse en lograr acuerdos. El mismo busca la resolución amigable, promueve la colaboración, valida emociones y es empático. El mediador no tiene que limitar su participación conforme a los preceptos establecidos por el derecho, sino que intenta validar los intereses de las partes de manera lógica, práctica y ordenada.
El mediador tendrá facultad para:
Veamos el ejemplo de la china. Tenemos dos compañías —Bizcochos de China, Inc. y Jugos de China, Inc.— en una disputa sobre la titularidad de la china más jugosa y bonita que jamás se ha visto. Ambos quieren la china y no se pueden poner de acuerdo por lo que han decidido comenzar un proceso judicial para que un juez determine a quien le pertenece la china. Ambas partes radican sus demandas, contestaciones, oposiciones, en fin, un sin número de mociones que tardan años en ser resueltas hasta que el juez decide que la china le corresponde a ambos por partes iguales. Ninguno de los dos (2) quedó contentó con la determinación del juez y comenzó el proceso apelativo.
Ahora veamos cómo podríamos solucionar este conflicto con la ayuda de un mediador. Lo primero que haría un mediador sería identificar las necesidades de las partes haciéndole las siguientes preguntas: ¿por qué quieren la china? ¿Para qué propósitos? Con esa simple pregunta nos daríamos cuenta temprano en el proceso que Bizcochos de China, Inc. solamente interesa la cáscara de la china para hacer sus bizcochos, mientras que Jugos de China, Inc. sólo necesita la pulpa de la china para su fábrica de jugo. Por lo que la resolución negociada más favorable para todos sería dividir la china según los intereses de las partes. Uno coge la pulpa y el otro la cáscara. A través de la mediación, ambas partes ganan, porque entienden cuáles realmente son sus necesidades y pueden llegar a acuerdos negociados por ellos mismos y que realmente los benefician.
El mediador no decide por las partes, no es árbitro, no es juez, no es abogado de las partes, no es consejero, ni emite una opinión. El enfoque del mediador es interrumpir la escalada de un conflicto informal a uno formal. De manera que todos ganen en el proceso. Por eso es un mediador y no un juez.
por la Lcda. María Judith (Nani) Marchand-Sánchez, Mediadora Certificada 1959, Ferraiuoli LLC