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Si trabajas en un bufete o en una oficina propia, quizás una de las tareas que consideras más tediosa y complicada es la facturación.
Con el propósito de ayudarte a manejar esta tarea, Microjuris conversó con el presidente del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR), Manuel Quilichini. El licenciado indicó que no facturar de forma correcta puede resultar en una violación ética.
«Los abogados en Puerto Rico usualmente facturan por tarea. Cuando es por tarea es bien sencillo porque cobras $500 o $1,000 por esa es la tarea. Esa es la forma tradicional. Los bufetes trabajan por hora. Todavía hay abogados que facturan a base de un porciento, unos son contingentes y establecen una contingencia. Están los que son por porciento fijo. Por ejemplo, una liquidación de bienes gananciales, una liquidación de una herencia y se cobra un porciento del caudal», explicó el abogado.
Luego de detallar las formas de facturación, el también profesor resaltó uno de los aspectos más importantes que se debe considerar. Según Quilichini, en todos estos casos, menos en la facturación por hora, si surge una disputa en la que un cliente alegue que pagó mucho dinero, el Tribunal Supremo de Puerto Rico puede requerir que el profesional del derecho demuestre cuántas horas trabajó para establecer la razonabilidad de ese pago.
«¿Qué sucede? Si tú no llevas un registro de horas, vas a terminar inventándotelas. De hecho, hay un caso bien famoso ‘In re Rebecca Rodríguez’, dónde precisamente se lo inventó y el tribunal le dijo que eso era absurdo. La persona supuestamente trabajó 10 horas al día en el mismo caso por seis meses», comentó.
De igual forma, el licenciado destacó que otro beneficio de aprender a facturar es que ayuda a conocer la productividad del abogado o abogada. Por ejemplo, cuánto tiempo toma realizar una sentencia sumaria o cuánto tiempo toma hacer un divorcio.
En el caso de abogados y abogadas de oficio, Quilichini mencionó que es necesario el registro de horas para cobrar por la labor en el Panel de Voluntarios. «Ahora que se crea el panel, te van a pagar $80 la hora por todo lo que tú trabajes, por todo lo que razonablemente trabajes. Para poder cobrar tienes que tener un registro de horas».
Para el abogado, uno de los principales problemas es que el tema de la facturación no se enseña en las escuelas de derecho del país. Incluso, confesó que, en su caso, aprendió lo relacionado con la facturación cuando trabajó en bufete, a través de la práctica.
Por tanto, aseguró que tanto el CAAPR como otras organizaciones ofrecen cursos de ética en la facturación.
«Dentro de ese curso se habla de cómo facturar. Ahora a raíz de la enmienda al Reglamento tengo entendido que el tribunal va a sacar unas normas de facturación. Nosotros vamos a trabajar para educar sobre estas normas de facturación. Eso debe empezar ahora en agosto», compartió.
Por otro lado, Quilichini habló sobre el rol de la tecnología, que es vital para el registro de horas y facturación.
Expresó que la mejor forma de registrar las horas es anotar las tareas y el tiempo cada vez que se realicen. Aunque dijo que no es una tarea cómoda, sostuvo que hay programas y aplicaciones para teléfonos inteligentes que facilitan el proceso.
«Eso es difícil para muchos porque no es importante y lo dejamos pasar. Hay aplicaciones, hay programas. Hay aplicaciones gratis. Nosotros estamos trabajando para elaborar una aplicación para que los abogados de oficio puedan utilizarlo para facturar. Estamos en la fase evaluativa por el momento», manifestó.
Ahora bien, ¿qué le aconseja a los abogados y abogadas para el manejo de la facturación?, Microjuris preguntó. El licenciado compartió los siguientes consejos:
Por último, el licenciado exhortó a las escuelas de derecho a incorporar cursos de gerencia de la práctica legal.
Mencionó que enseñar el aspecto del negocio evitaría el fracaso. Según Quilichini, la mayor parte de sus estudiantes se gradúan, no consiguen trabajo y emprenden un bufete u oficina legal. No obstante, no conocen cuál es la mejor forma de facturar y otros aspectos del negocio. «Se les hace bien difícil», apuntó.
«Por esto, es importante dejar a un lado el que el derecho no es un negocio. El derecho claro que es un negocio, es una profesión», puntualizó.