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Fernando Moreno Orama, más allá del decano

19 de mayo de 2024
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Por Perla del Mar Rodríguez Fernández 

Fernando Moreno Orama, aunque es el decano de la Escuela de Derecho de la Pontifica Universidad Católica de Puerto Rico, también es el esposo de Nayda, el papá de un perrito llamado Yiyín y en unas semanas será el papá de Santiago, su primer hijo.

Aunque no tiene mucho tiempo libre, encontró una pasión en el tenis para atajar el estrés. Recientemente, terminó de leer «Mandamás» de Manolo Núñez Negrón (perfecta para el verano).

Adquirió la práctica de ver las películas nominadas al Oscar junto a su esposa, la Lcda. Nayda Pérez Román. Si tuviese que agradecer por la historia que contó a Microjuris, en primer lugar estaría su familia, particularmente su esposa, porque ha sido testigo y apoyo en 10 años de viajes diarios desde San Juan hasta Ponce.

Moreno Orama reconoció el rol del personal administrativo, los docentes y el estudiantado la Escuela de Derecho de la PUCPR, además de agradecer el apoyo de la decana Vivian Neptune y el decano Julio Fontanet Maldonado.

¿Cómo comenzó la historia de Moreno Orama? Antes de que todo esto ocurriera, Moreno Orama fue colegial. Es decir, estudió en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Allí estudió Ciencias Políticas, que a palabras del docente, es un bachillerato trampolín a la Escuela de Derecho ya que durante este bachillerato, el estudiantado se expone a temas como derecho público, constitucional y gobierno. Cuándo aterrizó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras para completar su Juris Doctor, su currículo se complementó con el acontecer jurídico debido a la huelga universitaria.

¿Por qué? Porque Moreno Orama se topó con Sánchez Carambot v. Colegio y se unió al grupo de estudiantes que presentó una serie de injunctions contra la Universidad de Puerto Rico debido al cierre del recinto de Río Piedras por parte de la administración universitaria en 2010, tras un aviso de huelga. Aunque inicialmente el tribunal falló en su contra, posteriormente obtuvieron la razón junto a otros estudiantes en un litigio por derecho propio

Aprendió de litigio desde sus vivencias, aunque no niega que cometieron algunas novatadas. Desde que obtuvo la licencia, han sido pocas las veces que ha ido a los tribunales. La carrera lo ha llevado por otro rumbo. Comenzó la profesión en el Panel Central de Investigaciones del Tribunal Supremo de Puerto Rico.

Posteriormente, solicitó junto a Pérez Román la maestría en derecho en la Universidad de Columbia. Sin embargo, se olvidó de la solicitud, cambió de trabajo y pasó a ser asesor legal en la Oficina de Administración de Tribunales (OAT). Llevaba dos semanas de trabajo cuando le llegó la carta de admisión a la universidad.

Le dijo «adiós» al trabajo y «bienvenida» a la maestría.

¿Y por qué la docencia? Aunque el papá de Moreno Orama es abogado, su mamá y su abuela son maestras. Se crió en los salones de su mamá. La cuestión pedagógica, inconscientemente, vino por su madre.

Además, viendo el ambiente académico, se enamoró de la universidad. Aunque lo veía lejano, sabía que estaba la posibilidad de que si se graduaba con buenas notas e iba a trabajar al Tribunal Supremo, eso le llevaría a solicitar una maestría y después de llegar con esa maestría, podía tener la suerte de obtener una oportunidad como docente. Dicho y hecho.

Cuando regresó a Puerto Rico durante el receso navideño del programa, un exprofesor del Colegio le comentó que conocía al decano de la Escuela de Derecho de la PUCPR y le dieron su número.

«Yo que soy malísimo en esas cosas de networking, lo llamé y él me dijo ‘ven a la oficina’. Me monté un día y llegué a Ponce». Posterior a ese encuentro, se abrió una convocatoria para docente de investigación en la Escuela de Derecho de la PUCPR.

La American Bar Association (ABA) le había requerido a la Escuela de Derecho de la PUCPR que contratara profesores de investigación a tiempo completo. Era la mejor forma de comenzar como profesor, se dijo Moreno Orama.

Ya contaba con la experiencia en el TSPR, que consiste mayormente en investigar y redactar. Ciertamente, el reto era que tenía 28 años con estudiantes que eran más o menos contemporáneos con él.

¿Qué tal la docencia? La idea sobre la docencia cambia todos los días, aseguró el decano.

«No importa que uno dé la misma materia. Uno sigue buscando mejores estrategias de llevar la información. Se están dando unos cambios generacionales bien grandes y bien acelerados, sobre todo después de la pandemia. Igual, todo lo que uno hacía o entendía que debía hacer... Hay que repensarlo».

Moreno Orama se inició en la docencia en el 2014. Ha vivido las crisis del archipiélago, del sur y de la enseñanza jurídica. En la Escuela de Derecho de la PUCPR, se enfrentaron a los huracanes, los cambios en los estándares de la ABA, los temblores, la pandemia y la educación remota.

Recién están terminando uno de los semestres más «normales» en mucho tiempo, comentó el decano, a pesar de enfrentar el taladreo por las construcciones en la institución. Las crisis también transformaron el perfil del estudiantado. Moreno Orama destacó que ahora el perfil estudiantil diurno se parece más al del estudiante nocturno: trabajan a tiempo completo o son cuidadores.

Tienen responsabilidades que antes no tenían, necesariamente. Para Moreno Orama, esto es solo el comienzo de una gran transformación del perfil. Según comentó, las destrezas que la institución deberá reforzar dependerán de dónde estaba el o la estudiante al momento de la pandemia por COVID-19.

¿Cómo llegó a ser decano? Cuando llevaba año y medio de profesor, surgió la vacante de decano asociado y le ofrecieron la posición a Moreno Orama. Aunque no creía que era el momento, no sentía la osadía de negar el ofrecimiento a quien lo había recién contratado, así que aceptó.

De acuerdo con Moreno Orama, la perspectiva administrativa es bien diferente a lo que uno como profesor hace en el día a día y a lo que uno piensa sobre cómo funcionan las cosas. Ejerció el rol año y medio hasta que el entonces decano fue nombrado como vicepresidente de asuntos administrativos de la PUCPR.

Así las cosas, Moreno Orama fue decano interno por dos años. Cuando surgió la convocatoria, solicitó la plaza. Después de todo, ya la estaba ejerciendo. Ya culminó su primer término de tres años como decano. En agosto comienza el segundo año de su segundo trienio.

¿Cómo ha cambiado su perspectiva administrativa desde entonces? Al principio, fue duro, aseguró. Aunque manejaba muchos detalles como decano asociado, habían muchas áreas fuera de su departamento. No obstante, el interinato le ayudó a comprender la naturaleza y responsabilidades de su rol y a, principalmente, mantener la estabilidad de la Escuela a pesar de todas las tormentas.

¿Qué lo motiva a ir a la Escuela? «A mí el salón me gusta. Yo no sé si es algo más egoísta, que me gusta que me escuchen por dos horas y tener una audiencia cautiva, pero a mí el salón me gusta. El contacto con los estudiantes [genera] una energía diferente. Es mi parte favorita del día», explicó el decano.

El puesto administrativo lo enamoró con el tiempo por su pasión por el acceso a la justicia. «El acceso a la justicia comienza con la literacidad jurídica», subrayó. El decano destacó el rol de la Escuela de Derecho de la PUCPR en desarrollar los abogados y abogadas que sirven desde cada uno de los municipios del archipiélago para avanzar el acceso a la justicia.

«Para mí, ese es el proyecto de acceso a la justicia más grande que hay en el país [...] Pienso que la Escuela lleva 60 años calladita allá en esa esquina del sur, haciendo un trabajo invaluable de formar generaciones y generaciones, y generaciones de juristas que han servido superbien al país desde todos los frentes. Mi contribución, humildemente, es que eso siga y que siga de la mejor manera posible. Me da mucho orgullo». Ese proyecto de la PUCPR también incluye grandes noticias.

Por ejemplo, el 62% de los estudiantes de la Escuela de Derecho de la PUCPR que se sentaron por primera vez para tomar el examen de reválida general en septiembre 2023 aprobaron el examen. Ese es un número grande que, a palabras de Moreno Orama, responde a mucho trabajo que se viene gestando con disciplina desde la facultad, los programas de preparación para la reválida y quienes se sentaron a tomar el examen.

¿Cómo debe evolucionar la educación legal? «Hay muchos caminos», aseguró el decano. Pero cualquiera sea el rumbo, para Moreno Orama es indispensable enseñar destrezas, mas que términos.

Para el decano, el futuro está en ofrecerle a la nueva generación de juristas las herramientas para comprender los sistemas jurídicos e investigarlos. Es decir, ofrecerles las destrezas para investigar, construir y validar un argumento en un momento determinado.

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