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Tras un experimento realizado por profesores de derecho y empleados de la empresa Casetext, el modelo de inteligencia artificial GPT-4 obtuvo 297 en el examen de la reválida de derecho.
El medio Reuters publicó que los resultados colocan a GPT-4 en el percentil 90 y que, según investigadores, la puntuación le permitiría ser admitido para ejercer la abogacía en la mayoría de los estados.
La licenciada Maristella Collazo Soto indicó, en entrevista con Microjuris, que estos resultados confirman que GPT-4 tiene la capacidad de investigar y producir un esqueleto inicial de un escrito jurídico. Sin embargo, aseguró que la inteligencia artificial no podrá sustituir a profesionales del derecho en el ejercicio de la profesión.
«Esos resultados de la reválida confirman que la inteligencia artificial se va a convertir en una herramienta importante en la investigación y la redacción de escritos jurídicos, pero nunca puede reemplazar el elemento humano de la profesión legal. Hay elementos de experiencia de interacciones humanas que no son reemplazables por una máquina», expresó.
La abogada, quien es socia capital en la firma Ferraiuoli LLC, explicó que las contestaciones en una reválida están relacionadas con lo que establece la ley, cuáles son las excepciones y cómo aplica el derecho a unos hechos en particular.
«Eso es mecánico. En la vida real, la práctica del derecho está lejos de la mecánica. Tiene muchos elementos humanos, muchos factores que juegan un papel importante», advirtió.
Para Collazo Soto, los desarrollos de la inteligencia artificial y el enfoque hacia la profesión legal se inclinan a los roles iniciales de un abogado o abogada, específicamente en la redacción e investigación.
«Desde el punto de vista de la práctica del derecho, una computadora no puede entrevistar a un cliente y pensar en todos los ángulos. Una computadora no puede litigar un caso pensando desde la experiencia. No puede leer el body language, leer las expresiones de las distintas partes, de los testigos. No puede llamar al abogado de la otra parte para negociar un punto. Hay muchos elementos de la práctica del derecho que tienen que ver con las relaciones humanas y con experiencias de años de vida. No hay forma de que una máquina los imite o los iguale», detalló.
Entre los beneficios que resaltó la licenciada, habló sobre la inteligencia artificial como herramienta para producir escritos e investigaciones jurídicas.
«Ahora toda la investigación y la redacción argumentativa hasta cierto nivel la puede hacer una computadora. Tú le das unos comandos y unas instrucciones y esa computadora te va a hacer el research de la figura jurídica que necesitas, va a hacer argumentos, te va a poner los casos que discuten las figuras, qué resuelve cada caso», mencionó.
Para la abogada es importante que la formación de profesionales del derecho continúe siendo a través de experiencias propias sin depender de este tipo de programas. Comentó que considera una debilidad el depender de otra herramienta y no tener el conocimiento propio para ejercer las tareas básicas de la profesión.
«Deben conocer de ese proceso de investigación, de redacción porque las máquinas fallan y uno tiene que saber corroborar la información que esa máquina está dando, corroborar y modificar las estrategias, añadir, quitarlas. Ese es el elemento humano», agregó.
Asimismo, catalogó como interesantes los cambios que se aproximan en el desarrollo profesional de la abogacía y esta herramienta tecnológica.
Precisamente, compartió el siguiente ejemplo: En una típica firma de abogados, a un asociado u oficial jurídico se le asigna una investigación jurídica y que cree un memorando con la información que encuentre.
«Si usamos la inteligencia artificial, con los desarrollos que ha tenido, la dinámica va a ser la misma excepto que este o esta asociado u oficial jurídico puede usar la inteligencia artificial como una etapa inicial al trabajo y que luego va a corroborar, editar y modificar según la necesidad de la solicitud. Sin duda alguna, les va a agilizar y facilitar ese proceso. Nos va a ayudar a ser más eficientes», agregó.
Por otro lado, anticipó retos y muchas reclamaciones relacionadas con los derechos de autor.
«Creo que va a ser bien importante que se comiencen a crear guías tanto por el American Bar Association como por los entes que administran la profesión de cada Estado y el Tribunal Supremo de Puerto Rico. Se tienen que comenzar a crear guías dentro de la profesión legal para que por lo menos los abogados empiecen a tener un poco de dirección», concluyó.