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Ante un público entusiasta y con ánimo de cuestionar, se llevó a cabo uno de los paneles más esperados: Inversión en Cuba
Por Ana Teresa Toro
Para Microjuris
La duda es el germen del cambio, de la creatividad y del movimiento. Dudamos y la búsqueda de respuestas que la duda genera, por lo general, nos lleva a un lugar mejor o al menos no saca de la inmovilidad. Aunque si se trata de un nuevo panorama económico, para muchos inversionistas, dudar puede funcionar como sinónimo de riesgo. De ahí que la urgencia por disipar al menos las dudas más fundamentales haya prevalecido durante la jornada de ayer del encuentro Cuba: Inversión, Comercio y Garantías Financieras que actualmente se lleva a cabo en el Centro de Convenciones de Puerto Rico, presentado por Microjuris.com.
Ante una audiencia de alrededor de 300 personas, compuesta mayormente por empresarios puertorriqueños, el evento se enfocó durante la mañana en temas específicos relacionados a contratos, comercio y corporaciones en el cual intervinieron tanto abogados cubanos como empresarios puertorriqueños. Esto, seguido de una ponencia en la que se profundizó en torno al tema de la diplomacia, a cargo del colaborador de la Iniciativa Cuba de American University en Washington D.C., Fulton Armstrong.
La jornada continuó en la tarde con uno de los paneles más esperados por los presentes. Titulado «Inversión en Cuba», el foro buscó atender las inquietudes principales de todo empresario que interese establecer negocios en Cuba a la luz de la naciente apertura. Con la participación de la licenciada cubana Odalys de la C. Álvarez Lima, representante del Bufete de Servicios Especializados de Cuba y Árbitro de la Corte Cubana de Arbitraje Comercial Internacional; la licenciada puertorriqueña Amaya Iraolagoitia del bufete O’Neill & Borges y presidenta del Comité redactor de la Ley de Incentivos Industriales y el licenciado Ignacio Álvarez, presidente y principal oficial de operaciones de Popular Inc., el diálogo fue matizado por los moderadores el licenciado Carlos López López, presidente de la Federación Interamericana de Abogados y la periodista Omaya Sosa Pascual, cofundadora de Noticel y del Centro de Periodismo Investigativo.
Como en cada panel, cada invitado presentó una primera exposición de ideas, a lo que seguiría el diálogo con los moderadores y el público. En este caso, el primer turno correspondió a la licenciada Álvarez Lima quien comenzó por destacar el ambiente de entusiasmo que se ha generado a partir del nuevo escenario, toda vez que recordó que si bien hay mucho por hacer en cuando a estimular la inversión extranjera en Cuba, ya hay un camino andado en ese sentido desde los años 90. Asimismo, destacó que el hecho de que en Cuba haya tantas cosas que no han cambiado en seis décadas permite «un marco de predictibilidad y estabilidad», además de enfatizar el alto nivel de educación, salud pública y el clima de seguridad que observa en su país. Luego de ofrecer un recorrido por el tipo de acuerdos comerciales que podrían surgir aún en medio del embargo, atendió una de las principales inquietudes de los presentes, las garantías de las inversiones. «Todos los estados tienen derecho a expropiar por interés público y con una efectiva y justa compensación. Si se expropia una inversión extranjera, el mercado tiene que indemnizar al valor del mercado», afirmó a la vez que recordó que «expropiación y confiscación con cosas muy distintas».
La abogada habló además de los mecanismos de solución de conflictos, del rol del bufete al que pertenece en este tipo de intercambios («nosotros facilitamos el proceso, mas no es nuestro trabajo buscar la oportunidad de negocios») e invitó al público a estudiar la nueva cartera de oportunidades de negocios que se hizo pública recientemente. «Ahí hay más de 326 proyectos para inversiones en los distintos renglones de la economía cubana», dijo.
Por su parte, la licenciada Iraolagoitia se dedicó a contrastar los modos en los que Cuba y Puerto Rico trabajan el tema de la inversión extranjera y enfatizó en la experiencia puertorriqueña de «más de 60 años de ofrecer incentivos industriales» y en el reciente análisis que realizó Estudios Técnicos desde el cual se vaticina que la apertura cubana no debe representar una amenaza mayor para la economía puertorriqueña.
Algo, que el licenciado Ignacio Álvarez, resumió con candidez al opinar que «si el Caribe se abre, nosotros vamos a subir».
Álvarez habló brevemente acerca de los esfuerzos que ha gestado el Banco Popular de Puerto Rico en Cuba, y fue insistente en que para lograr cualquier cosa hay que ir con ganas de aprender y «con prudencia y paciencia, con curiosidad y humildad, porque se trata de una jurisdicción que no conocemos. Tenemos la obligación de ir a Cuba a aprender porque esta nueva realidad obliga a todo el mundo a repensar las estrategias».
Durante la intervención de los moderadores, se analizó el hecho de lo impredecibles que pueden ser los procesos políticos, así como lo que se prevé en términos de los cambios que pueda experimentar el ciudadano común con la banca personal. El tema de las políticas anti corrupción fue uno de los que mayor debate generó y en el que la licenciada Álvarez Lima intervino afirmando que «en el 99% de los casos se ha fallado en contra del Gobierno y a favor del empresario extranjero».
También se discutieron temas como el estatus de la incipiente industria de bienes raíces en Cuba, pero sobre todo se buscó aclarar en la medida de lo posible la multiplicidad de mitos sobre cómo se hacen las cosas legalmente en Cuba. Indudablemente, quedaron abiertas muchas preguntas y muchas más dudas, pero de esto se trata. De que cada duda, lleve a una respuesta que nos acerque más.