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Investigan cómo el derecho penal invisibiliza las causas sociales detrás de delitos cometidos por mujeres

07 de mayo de 2025
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Por Daniel Rivera Vargas 

Una mujer cuidó sola a su mamá enferma con Alzheimer por años. A pesar de que la persona adulta mayor tenía más hijos, le tocó a esa fémina encargarse día y noche de cambiar los pañales, bañar y alimentar a esa paciente. Nadie la ayudó. Ni los hermanos, ni la comunidad, ni el Estado. Y un día la hija le quitó la vida a su madre.
 
Su abogada, como se ha hecho en casos similares, presentó como defensa el trastorno mental transitorio. Esto, implica que a la mujer no se le impusiese una pena, sino una medida de seguridad. Este tipo de defensa se traduce en términos jurídicos de la siguiente forma: en lugar de perder su libertad por asesinar, pierde su autonomía y puede ser hospitalizada como una persona enferma.
 
Pero, ¿debe la justicia y el derecho ignorar que otros hijos también pudieron colaborar en el cuidado de esta persona? ¿No tiene ningún peso el que ni el municipio ni el gobierno estatal enviaran alguna ayuda? ¿Que enviaran una ama de llaves, una cuidadora o alguien que le diera un alivio a esa hija abrumada, drenada, cansada y que estaba sola atendiendo a una enferma?
 
Este tipo de realidad forma parte de las reflexiones que dan paso a una nueva mirada a esos casos penales en los que las personas acusadas son mujeres, y que se convertirán en el tema de investigación de la catedrática auxiliar de Derecho Penal de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Iris Yaritza Rosario Nieves.
 
«¿De qué otra forma podemos responsabilizarnos o defendernos sin reproducir los discursos de locura y tutelaje que han sido desarrollados desde un derecho penal sin ninguna perspectiva feminista? Es preciso plantear lo problemático de la utilización de estas defensas de inimputabilidad; ilustrar los puntos ciegos que dichas defensas o discursos tienen en el caso de las mujeres; demostrar cómo estas perpetúan la dominación masculina; visibilizar los factores sistemáticos que desatan algunas conductas en conflicto con la ley penal e iniciar la construcción de otros discursos en la defensa de las mujeres que enfrentan un conflicto con la ley penal», expresó en entrevista con Microjuris, Rosario Nieves.
 
Esta investigación, que aún está en sus inicios, tuvo un comienzo particular: un concurso convocado por la Red Alas. La Red Alas es un grupo de académicos latinoamericanos que busca transformar la educación legal para garantizar la justicia de género.
 
Esta Red creó una competencia donde los académicos participantes debían desarrollar un micro curso sobre derecho sustantivo con un enfoque feminista utilizando el material disponible en el repositorio de imágenes de la entidad, llamado "La imagen justa".
 
De ese repositorio, la profesora Rosario Nieves seleccionó tres películas: Saint Omer, de Francia; Alanís, de Argentina; y A Question of Silence, de Holanda, dos de las cuales tratan sobre defensor a unas mujeres acusadas de delito usando la defensa de la incapacidad mental. En una de las películas, una psiquiatra contratada por el estado tenía el reto de entender si había alguna incapacidad mental o si los hechos cometidos por las acusadas eran producto de todas las violencias que a diario viven mujeres, o «una crítica a mirarnos a nosotras como enfermas».
 
Con su trabajo no solo ganó el concurso, sino que también llevó a la catedrática a seguir reflexionando sobre el tema. «De ahí comienzo a pensar mucho en la manera en que el derecho penal construye las defensas de inimputabilidad y cómo estos afectan de manera particular a las mujeres. Sobre todo, cuando la utilización de estas conlleva la imposición de una medida de seguridad, que, a su vez, implica la hospitalización en un centro psiquiátrico en el que se otorga algún ‘tratamiento'», comentó la profesora.
 
«Desde ese lugar me pregunto, ¿podrán existir otros tratamientos jurídicos que no nos coloquen (a nosotras las mujeres) en una posición de inimputables, locas, enfermas y que sirvan para visibilizar las condiciones materiales y las desigualdades que atravesamos?", cuestionó la también directora del Proyecto ADN Post-Sentencia de la Escuela de Derecho de la UPR.
 
Para esto, Rosario Nieves solicita una estancia de un mes como visitante Senior Scholar en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati, en España, donde se dedicaría a hacer investigación sobre este tema.
 
«Cada vez que una mujer mata a un bebé, ¿lo hace porque está enferma o puede existir un asesinato producto del cansancio, del agobio, de tener un hijo en estos tiempos, donde no hay apoyo del Estado, donde no hay una familia, una comunidad que nos apoye?», indicó Rosario Nieves en relación con algunos de las interrogantes pendientes a atender en su investigación.
 
«¿Cómo se puede traducir esa omisión en tiernas redes de apoyo en la imposición de una pena, en un proceso penal?», agregó. «¿Qué implicaciones tiene una visión como esa en la dogmática penal?», compartió. ¿Se puede afectar la pena a imponer, reconociendo la coresponsabilidad que tienen otros en las causas que desembocan en un delito?", preguntó.
 
La respuesta aún no está clara. Sin embargo, la profesora ya identificó estudios que parten de una premisa similar, como los de un fiscal y profesor argentino, Germán Martín Aimar, que estudió este tema  desde la óptica de los delitos cometidos por adolescentes y el peso que se le debe dar a esos factores sociales en la imposición de una pena.
 
Por ejemplo, en el caso de la mujer que mató a su madre con un martillo, Rosario Nieves plantea que «en algunos casos estamos asumiendo roles de cuidado impuestos por el patriarcado que nos conducen a una sensación de agobio y a la que el derecho penal reacciona con una medida de seguridad que nos resta agencia y nos convierte en estados de tutela sin que se contemplen otras causas que subyacen a determinadas acciones».
 
«Lo que hay que problematizar es la justificación de las acciones diciendo exclusivamente ‘estamos locas’ porque, esas defensas pueden perpetuar la dominación masculina e invisibilizar las causas verdaderas de un delito'», sostuvo.
 
Según el Perfil del Confinado más reciente en el portal estadistiscas.pr , del año 2019, unas 263 mujeres se encontraron confinadas en Puerto Rico por comisión de diversos delitos.
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