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Ketanji Brown Jackson a los ojos de todos los decanos de Derecho en Puerto Rico

08 de abril de 2022
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Por Daniel Rivera Vargas

Los decanos de las tres Escuelas de Derecho en Puerto Rico se mostraron optimistas con la confirmación de la jueza Ketanji Brown Jackson como nueva integrante del Tribunal Supremo de Estados Unidos.

La jueza Brown Jackson, de 51 años, fue confirmada al Supremo federal en votación de 53 a 47 para sustituir al juez Stephen Breyer, quien se acogió a la jubilación. El nombramiento mantiene el balance ideológico de seis conservadores y tres liberales en el alto foro, pero es histórico por tratarse de la primera mujer negra en ese cargo.

Ketanji Brown Jackson se convierte en la primera mujer negra en el Tribunal Supremo de Estados Unidos

La decana de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, Vivian I. Neptune Rivera, expresó júbilo por lo que el nombramiento de Brown Jackson implica en términos de la diversidad en la adjudicación de la justicia.

"La representación es importante. La diversidad en el sistema legal es indispensable para la correcta y equitativa adjudicación de la justicia. La profesión legal es una de las menos diversas tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico. Irónicamente se utiliza el derecho, como se hizo en Brown v. Board of Education, para abolir leyes y prácticas discriminatorias y racistas, pero al mirar la composición de la judicatura y de la profesión legal en general, vemos que falta mucho por hacer", dijo Neptune Rivera.

La profesora dijo que la ahora jueza del Supremo es una excepcional profesional que con su intersección de raza y género aportará a la discusión y adjudicación de controversias con una perspectiva hasta ahora ausente en el Tribunal.

"Para llegar a este momento tuvo que probarse más que cualquier otro candidato o candidata. Su expediente, trayectoria y compromiso con el servicio han sido su carta de presentación», sostuvo Neptune Rivera.

De otra parte, Fernando Moreno Orama, decano de la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, dijo que Brown Jackson cuenta con las credenciales de un gran nombramiento y que como jueza de carrera ahora le toca demostrar que está capacitada para hacer el trabajo.

Moreno Orama dijo que se trata de un nombramiento poderoso para diversos grupos que son representados en Brown Jackson. Explicó que ciertamente está el tema de raza al ser Brown Jackson la primera mujer negra y "ya era algo que tenía que pasar" un nombramiento de ese tipo; por otro lado también aporta en lo que representa género puesto que la jueza es a penas la sexta mujer en la historia del Tribunal Supremo; pero además para un sector históricamente ignorado en estas altos nombramientos, los defensores públicos, los abogados que representan acusados criminales que no tienen dinero para pagar a un abogado.

"Falta que hace que haya personas que vean los casos criminales desde la perspectiva de los acusados, no solo del ministerio público...es importante el balance en el debate, tú tener esa perspectiva nueva es fantástico, sobre todo con jueces que llevan años desconectados del litigio", sostuvo Moreno Orama.

Mientras, el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Julio Fontanet Maldonado, dijo que se trata de un momento histórico para el Tribunal Supremo de Estados Unidos porque es la primera mujer negra en ser juramentada, porque se trata de una jurista competente, y porque va a aportar la visión de una genuina jurista afroamericana.

Según este profesor, el juez Clarence Thomas, afroamericano, actúa en sus decisiones como "un hombre blanco protestante" y que aunque "se nutrió de la acción afirmativa para llegar al Tribunal Supremo ha sido consistente en bloquear la acción afirmativa".

Hay también en el nombramiento de Brown Jackson, según Fontanet Maldonado, un paralelismo con la puertorriqueña Sonia Sotomayor, esto en el contexto de que Sotomayor puede aportar su visión de latina, de boricua a ese foro, y Brown Jackson por su parte entiende las circunstancias de los afroamericanos.

"Por otro lado, algo importante. Es importante que sea la primera defensora pública federal en ser confirmada al Tribunal Supremo. No solo represento menesterosos, sino que defendió casos antipáticos, a personas acusados de terrorismo, detenidos sumariamente en Guantánamo, en la época de ’estas con nosotros o estas en contra’. Ella fue, en ese sentido, muy valiente. Los abogados y abogadas a veces tenemos que llevar causas antipáticas", sostuvo el decano.

Hay otro mensaje detrás de la figura de Brown Jackson que Fontanet Maldonado resaltó, y es la realidad social de la que emerge Brown Jackson: clase media, hija de maestros, a quien le dijeron en la escuela que no aspirara a la Universidad de Harvard. Ahora, gracias al esfuerzo de Brown Jackson, quien llegó a Harvard, y al de sus padres -uno de los relatos que hizo la entonces nominada es recordar a su papá en un lado de la mesa del comedor estudiando con sus libros de Derecho mientras ella tenía sus libros de colorear- ahora ella es parte del más alto foro judicial.

"Es un estándar social: no tienes que ser hijo de papá y mamá, bien posicionado socialmente, para llegar al Tribunal Supremo", dijo Fontanet Maldonado. "Es positivo para los abogados y las abogadas, que vienen de las clases trabajadoras, que no hay nada que el trabajo y el esfuerzo no les permita lograr".

Sin embargo, Fontanet Maldonado dijo que hubo algo lamentable: "Hay algo que me molestó sobremanera. Tuvo 47 senadores republicanos que votaron en contra. Esos senadores pueden discrepar de las posturas que ella ha asumido, pero no pueden negar que tiene la capacidad intelectual para ocupar ese puesto. Es como si el que fuera una mujer y afroamericana les causara malestar. Les debería dar vergüenza haber votado en contra de ella".

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