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Hoy el expresidente Donald Trump compareció a un tribunal federal en Miami para encarar cargos criminales federales.
En un pliego acusatorio distinto al imputado hace varias semanas en Nueva York, y relacionado a delitos estatales evasión contributiva al mentir respecto a los pagos secretos a una actriz porno con la que alegadamente tuvo relaciones sexuales, en esta ocasión se trata de cargos federales por el manejo de documentos clasificados.
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El pliego acusatorio de 49 páginas incluye 37 cargos criminales contra Trump y un empleado suyo de nombre Waltine Nauta. Los cargos presentados por el fiscal especial Jack Smith y avalados por un gran jurado federal incluyen obstrucción a la justicia, conspiración, emitir declaraciones falsas, y violar la ley de espionaje.
El litigante y exdefensor público federal Leonardo Aldridge indicó que en la actualidad la lectura de acusación en términos prácticos se ha convertido en un formalismo, pero se hace para garantizar al tribunal que el acusado conoce los cargos en su contra y de esta manera cumplir con el requisito constitucional de proveer una notificación adecuada a un acusado.
«Una vez llegue a la audiencia el acusado, en este caso el expresidente Donald Trump va haber leído, estudiado y escudriñado ya con sus abogados cada uno de los cargos y los posibles castigos que llevan cada uno de esos cargos si es encontrado culpable. No va a ser necesario que se le lean los cargos en este ni en ningún otro caso porque, si el abogado hace su trabajo junto al acusado, simplemente dicen que ya tiene conocimiento de los cargos y los dan por leídos», sostuvo Aldridge.
Parte de lo que ya se ha convertido en formalismo es la declaración de no culpabilidad en esta etapa del proceso.
«De hecho, en ocasiones he visto que se declara no culpable como parte del formalismo y segundos después anuncia que llegó a un acuerdo con fiscalía para declararse culpable, eso se da. Pero la norma es que se dan por leídos los cargos y se declara no culpable», sostuvo Aldridge
Añadió que a Trump se le impondría una fianza para mantenerse en la libre comunidad la cual debe cumplir con los parámetros del Bail Reform Act de 1984.
Explicó que aquí se examinan básicamente dos asuntos. El primer es evaluar si el imputado es un riesgo de fuga o un peligro para la comunidad.
Como Trump es candidato presidencial probablemente no proceda alegar riesgo de fuga, aunque quizá haya quien desee argumentar riesgo para la sociedad puesto que los cargos tienen que ver con la divulgación de secretos relacionados a la seguridad del país. De todas formas, Aldridge entiende que esto no ocurriría
«Donald Trump debe poder defenderse de los cargos en su contra estando en libertad y ayudando a sus abogados a construir su defensa», sostuvo.
Luego de la vista de hoy, en algunos casos criminales se estudia la evidencia para evaluar entre otras opciones alguna alegación de culpabilidad, pero eso no aplica en este caso. «Yo no vislumbro un escenario donde Donald Trump se declare culpable», dijo.
Aldridge entiende que lo próximo sería la presentación de diversas mociones de desestimación de algunos de los cargos y el inicio del descubrimiento de prueba, con la defensa del expresidente recibiendo cajas de copias de documentos que el gobierno federal espera usar en su contra.
La defensa del exmandatario deberá también ir delineando como parte de su estrategia, que no solo será legal sino política, si procurarán un juicio verdaderamente rápido o se tomarán su tiempo para evaluar la evidencia.
«Hay un derecho a juicio rápido, y la ley permite que se exija que sea en 70 días después del «arraignment», esa fue la estrategia seleccionada por el senador de Alaska, Ted Stevens«, manifestó Aldridge.
Este fue un caso cercano al 2008, contó Aldridge, en el cual ese político enfrentó acusaciones y pidió un juicio rápido para limpiar su nombre antes de las elecciones.
El resultado fue mixto pues el jurado lo declaró culpable, pero el juez anuló el veredicto por acciones incorrectas de la fiscalía así que Stevens prevaleció en el proceso judicial. Pero, cuando el pueblo fue a votar, perdió en las elecciones.
La otra vía es el proceso lento, que podría incluso llevar a que el juicio se celebre luego de las elecciones. Entonces, planteó Aldridge, «¿qué pasaría si Trump, a pesar de estar acusado, gana las elecciones?».
«¿Va él a darse a sí mismo un perdón, una conmutación? Esto abre una caja de pandora a un montón de supuestos legales que nunca han sucedido», indicó.
Es una realidad política que va a dejar huella en el proceso legal, comentó.
«El adiestramiento de nosotros los abogados es a evitar la cárcel para nuestros clientes, aminorar la posibilidad de cárcel, pero no todos los clientes son Donald Trump. Por ejemplo, puede usar este proceso judicial para pintarse como una víctima del sistema de justicia penal, esto va a ser una gran prueba no solo para los fiscales especiales, para los abogados de defensa, sino para el sistema de justicia penal de Estados Unidos», sostuvo.
Sobre el pliego acusatorio contra Trump, Aldridge dijo que desde un punto de vista estrictamente legal tiene imputaciones muy serias.
Ejemplificó la alegación de que mantuvo información clasificada que se alega incluye información del arsenal nuclear de Estados Unidos, de las relaciones diplomáticas y de trabajo de Estados Unidos y otras naciones, o secretos sobre los espías estadounidenses y la comunidad de inteligencia con la que protege sus intereses Estados Unidos.
«El fiscal especial presenta en el «indictment» cierta prueba preliminar que pone en peligro legal a Donad Trump», mencionó Aldridge. Recalcó que el análisis no puede ser estrictamente legal.
«Recordemos que para hallar culpable a Trump o a cualquier persona debe ser un veredicto unánime. Si se cuela en ese jurado alguien que apoya a Trump, o alguien que entiende que le están haciendo un rancho a Trump, no se consigue un veredicto unánime. Lo que quiero decir con eso es que Trump, de nuevo, no es cualquier acusado».
Enfatizó que «dicho eso, un gran jurado determinó en Florida, tierra de Trump, que había causa suficiente para acusarlo».
Sin embargo, reconoció que un gran jurado no requiere unanimidad para emitir un pliego acusatorio, como si se exige para un veredicto de culpabilidad para cumplir con el estándar de más allá de duda razonable.
Aldridge recordó que este caso criminal federal en Florida, como el estatal de Texas, podrían no ser los últimos que enfrenta Trump.
Expresó que se sabe de investigaciones federales en Washington por la alegada participación del expresidente en la insurrección del 6 de enero, y otro en Georgia por su supuesto intento de inmiscuirse con la elección en ese estado.
Pero, ninguno de estos escenarios, ni las acusaciones vigentes ni las posibles, lo incapacitan para mantenerse como aspirante presidencial, señaló.
«No lo inhabilitan para correr porque se le presume inocente hasta que se pruebe lo contrario», concluyó Aldridge.