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En las últimas semanas se ha estado discutiendo que varias unidades de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) no cumplen con los MATS. Aunque para algunos suene como algo nuevo, este tema se viene arrastrando hace tiempo. Es un secreto a voces el estado de deterioro de la infraestructura de la AEE y cómo ello dificulta el cumplimiento con la reglamentación ambiental. Desde el 2012, la AEE conoce las posibles soluciones, sabía las acciones que tenía que tomar para evitar el incumplimiento con los MATS y las consecuencias nefastas de no hacerlo dentro del término requerido.
¿Qué son realmente los MATS? Los MATS no son otra cosa que los Estándares de Emisión de Mercurio y Tóxicos de Aire (MATS, por sus siglas en inglés) establecidos a nivel federal a finales del 2011. Estos límites existen para proteger el medio ambiente y la salud pública y controlar los efectos adversos de los contaminantes emitidos por las plantas generadoras de electricidad. Los MATS le aplican a unidades con capacidad mayor de 25 megavatios y cuyo combustible es carbón o petróleo (y sus derivados, excepto diésel). La AEE tenía hasta abril de 2015 para cumplir con los MATS, con opción a una prórroga sujeta a la aprobación de la Junta de Calidad Ambiental (JCA). La incapacidad de la AEE de lograr completar oportunamente acciones en esa dirección presagiaban que el incumplimiento con los MATS no era sino la crónica de una muerte anunciada.
La AEE solicitó la prórroga a la JCA y ésta la denegó aduciendo falta de información sobre los equipos o tecnología de control de emisiones que la AEE utilizaría para alcanzar cumplimiento con los MATS. La AEE reclama que dicha información será incluida en el Plan Integrado de Recursos que está preparando Lisa Donahue, su oficial de reestructuración fiscal y operacional.
Ahora la AEE no tiene otra alternativa que cumplir con los MATS dejando de operar las unidades 3 y 4 de la Central Palo Seco, y las 9 y 10 de la Central San Juan u operándolas con combustibles más caros (i.e., más limpios). Operar la unidades con combustibles más caros es improbable dada la crisis fiscal de la AEE. Por otro lado, la AEE sólo podrá operar otras seis (6) unidades de forma limitada, a tenor con los límites de emisiones impuestos a dichas unidades.
Aunque la AEE ha indicado que la confiabilidad del sistema eléctrico no deber verse afectada por esta situación, durante el verano el escenario es otro. En verano la demanda de energía es mayor. Además es cuando confrontamos la época de huracanes, eventos atmosféricos durante los cuales históricamente el servicio de la AEE se ha visto severamente afectado.
Si la AEE opera las unidades en incumplimiento con los MATS se expone a multas millonarias por violaciones ambientales, lo cual sin duda perjudicaría aún más la situación fiscal que ya atraviesa la AEE. Es importante señalar que las imposición de multas impactará directa o indirectamente impactará el bolsillo de los abonados de la AEE, quienes ya han están tratando de sobrevivir el embate de los altísimos costos eléctricos que mantienen secuestrado el desarrollo económico y la competitividad global de Puerto Rico.
El cumplimiento de la AEE con los MATS, no es un capricho reglamentario, es necesario para proteger el medio ambiente y la salud humana. La conversión a gas natural y la incorporación de fuentes de energía renovables son la solución evidente. Dicen que quien olvida su historia está condenado a repetirla. Lejos de aprender de sus errores, la AEE parece no hacer esfuerzos afirmativos para evitar recaer en la crisis de incumplimiento de los años 90. Aquella crisis sólo se resolvió mediante acciones legales ciudadanas que obligaron a la AEE a entrar en cumplimiento. Este retroceso es desconcertante si no imperdonable.
Sin duda el reto para la AEE es colosal. En medio de su peor crisis financiera, la AEE tendrá que hacer mejoras capitales significativas millonarias para cumplir con los MATS y así evitar multas millonarias por violaciones ambientales y/o tener que operar una red con capacidad comprometida. Es hora que la AEE deje atrás los esquemas tradicionales, que no le han funcionado, y recurra a nuevos modelos para salir de este atolladero de cumplimiento ambiental.
por la Lcda. Lillian Mateo-Santos, Ferraiuoli LLC