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Esta semana la Casa Blanca, bajo la administración del presidente Donald J. Trump, presentó el Plan de Acción de IA para América, una hoja de ruta nacional orientada a maximizar los beneficios de la inteligencia artificial (IA) mientras se protegen los derechos y la seguridad de las personas. Esta iniciativa busca consolidar el liderazgo tecnológico de Estados Unidos en un entorno regulado, seguro y alineado con principios democráticos.
El plan refuerza el compromiso del gobierno federal con salvaguardar los derechos civiles, la privacidad y la seguridad frente a sistemas automatizados potencialmente discriminatorios, manipulativos o peligrosos. Se promueve el uso de evaluaciones de riesgo y mecanismos de supervisión ex ante.
La Casa Blanca reafirma su apoyo a la inversión en investigación y desarrollo, tanto pública como privada, orientada a aplicaciones de IA que promuevan el crecimiento económico, la competitividad y la resiliencia nacional, bajo parámetros éticos y técnicos definidos.
El plan establece estándares para el uso responsable de IA en las agencias gubernamentales, incluyendo principios de transparencia, explicabilidad, mitigación de sesgos y protección de datos.
Se proponen alianzas con instituciones educativas y el sector privado para desarrollar programas de capacitación, reconversión profesional y educación técnica, con el fin de preparar a la fuerza laboral ante los cambios estructurales que genera la IA.
El plan reconoce que el liderazgo estadounidense requiere colaboración con aliados estratégicos para establecer marcos globales que promuevan el uso seguro, interoperable y transparente de la IA, y que prevengan su uso por regímenes autoritarios con fines de control y represión.
Se destaca la necesidad de invertir en capacidades digitales robustas —como supercomputación, acceso a datos abiertos y recursos compartidos— para respaldar el desarrollo técnico y científico de la IA en todo el país.
El plan prevé un enfoque normativo flexible basado en el riesgo, sin imponer una regulación única, pero con la exigencia de que los desarrolladores e implementadores de IA adopten medidas proactivas de seguridad y rendición de cuentas. Las agencias federales están llamadas a emitir guías específicas sectoriales, en especial en áreas como salud, empleo, educación, transporte y seguridad nacional.
El Office of Management and Budget (OMB) emitirá orientaciones para la evaluación del impacto de sistemas automatizados utilizados por el gobierno federal, incluyendo requisitos de transparencia, explicabilidad y participación pública.
La coordinación general del plan está a cargo de la National Artificial Intelligence Initiative Office, en colaboración con el National Institute of Standards and Technology (NIST) y otras entidades clave.
Como parte del plan, el gobierno federal lanzará un portal público para monitorear avances, compartir investigaciones y recibir comentarios de expertos, comunidades afectadas y organizaciones civiles. También se establecen métricas para evaluar el progreso anual de cada una de las seis líneas estratégicas.
Este anuncio se produce en un momento de aceleración global en el desarrollo de tecnologías de IA, con implicaciones estratégicas para la seguridad económica, la defensa y la soberanía digital. Estados Unidos busca mantener su posición de liderazgo ante modelos de gobernanza tecnológica menos transparentes adoptados por actores internacionales con marcos autoritarios.
El plan forma parte de una visión más amplia de la administración Trump para modernizar las capacidades tecnológicas nacionales, reducir dependencias críticas y fortalecer la infraestructura digital del país, al tiempo que se garantiza la protección de los principios fundamentales del orden constitucional estadounidense.