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All absence is cruel
and nonetheless, remains like a space that
comes from the dead,
from the bleached roots of the past.
Where might we turn?
El extracto del poema es de Javier Sicilia, un poeta que renunció a escribir versos cuando su hijo de 24 años murió a manos de traficantes de drogas en el año 2009, en Cuernavaca, México. Sicilia escribe aún, pero sus letras están reservadas para la escritura de ensayos, reportajes, notas periodísticas y discursos de protesta en contra de la "guerra contra las drogas" en México.
El 3 de abril de 2011, Sicilia publicó la Carta abierta a los políticos y criminales en el periódico Proceso de México. La carta circuló entre medios nacionales e internacionales, haciéndose famosa la frase "¡Estamos hasta la madre!". La carta era una invitación a tomar las calles. Miles de personas en cuarenta ciudades mexicanas lo hicieron.
Pronto el llamado de Sicilia se convirtió en un movimiento organizado. Entre las peticiones de dicho movimiento se encontraba el terminar la "guerra contra las drogas" y enfocarse en la seguridad pública, así como reducir los incentivos económicos del tráfico de drogas. El movimiento creado por Sicilia ha alarmado a las autoridades en Estados Unidos sobre la relación entre el aumento de la violencia en Estados Unidos a la vez que se emplean mayores fondos enfocados en la guerra contra las drogas.
Sicilia ha viajado innumerables veces a los Estados Unidos para hablar sobre la importancia de que Washington legalice la marihuana. Según el escritor, la legalización de Washington y Colorado es el primer paso hacia uno de las metas de su movimiento: reducir las ganancias del tráfico de drogas. Uno de los ejemplos emblemáticos que ofrece Sicilia en sus intervenciones es el de la legalización de la marihuana en Uruguay. La ley fue aprobada en ese país apenas en el año 2013, y se ha enfocado en la salud pública en lugar de en la penalización. Según el periodista Marcelo Jelen, el logro de esta aprobación en Uruguay se debió mucho a la presión de organizaciones de estudiantes, mujeres, uniones, y profesionales de la salud.
Sicilia cuenta con apoyo del legislador del estado de Washington Luis Moscoso. Moscoso, quien incluyó en su campaña la legalización de la marihuana, ha expresado en múltiples ocasiones que la legalización de la marihuana es un asunto de derechos humanos.
En el caso de Puerto Rico, aún está pendiente la aprobación del Proyecto del Senado 517 que enmienda la Ley de Sustancias Controladas en torno a la posesión y el Proyecto de la Cámara 1362 que legaliza el uso terapéutico de la misma. La semana pasada varias organizaciones depusieron en la Cámara de Representantes a favor de los correspondientes proyectos de ley que se debaten en la isla, donde expusieron que la despenalización desahogaría a una policía local saturada y supondría una reducción de gastos judiciales y penales.
«La cárcel no es la solución», explicó el psicólogo social Rafi Torruella, director de la organización Descriminalización.org y uno de los participantes en las vistas. Torruella, al igual que Sicilia, lleva una cruzada en Puerto Rico en contra de la guerra contra las drogas y a favor de la descriminalización de la marihuana.
Lea el artículo original sobre Javier Sicilia y su lucha en contra de la guerra contra las drogas en el siguiente enlace.