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Por la Lcda. Priscila Martínez Paredes
En la era actual de las redes sociales, los influencers han conquistado el mundo digital, transformando el panorama del marketing y el comportamiento de los consumidores. Sin embargo, esta revolución también ha llamado la atención de las autoridades fiscales.
Hace dos años, el Departamento de Hacienda de Puerto Rico implementó la Carta Circular NÚM. 21-11 («CC RI 21-11») por primera vez, una herramienta regulatoria destinada a garantizar que los influencers cumplan con sus responsabilidades tributarias. La monetización cibernética ahora está bajo el escrutinio de las autoridades, quienes reconocen que los ingresos generados por esta actividad deben contribuir al sistema.
La Carta Circular establece directrices clave para los influencers en Puerto Rico. Uno de los puntos más destacados es la obligación de reportar no solo ingresos directos, sino también otras formas de compensación, como regalos y descuentos recibidos de empresas en intercambio por promoción. Además, se requiere la inclusión de ingresos provenientes de actividades como publicaciones patrocinadas, ventas de productos digitales y espacios publicitarios o editoriales. La creación de contenidos en forma de programas de audio o video también entra dentro del radar fiscal.
Un aspecto crucial es la colaboración entre entidades gubernamentales como el Departamento de Justicia, el Departamento de Hacienda y el Departamento del Área de Inteligencia de Fraude Contributivo. Juntos, trabajan para asegurar que los influencers cumplan con sus obligaciones fiscales y no eludan sus responsabilidades. En el mundo de las redes sociales, donde la visibilidad es pública y masiva, estas agencias tienen un papel vital en la fiscalización de las prácticas fiscales de los influencers.
A nivel federal, la Federal Trade Commission (FTC) también juega un rol importante. Esta agencia no solo regula la actividad comercial, sino que también ha diseñado una guía informativa para influir en la ética y la transparencia en el mercado tecnológico. Para influencers y las marcas que los contratan, la FTC recomienda cuatro directrices esenciales:
1. Divulgación transparente: Los influencers deben comunicar claramente si han recibido compensaciones por parte de una compañía, ya sea en forma de pago, productos o descuentos.
2. Claridad en las divulgaciones: Las publicaciones de relaciones con compañías deben ser evidentes y transparentes, ya sea por escrito en publicaciones o en video.
3. Honestidad en el contenido: Los influencers y las marcas no deben hacer afirmaciones falsas sobre sus productos y anunciar si el anuncio fue pagado.
4. Consecuencias de incumplimiento: Los influencers y las marcas deben entender las implicaciones legales y reputacionales de no cumplir con las recomendaciones de la FTC.
Un aspecto interesante es la ausencia de enfoque en la tributación de influencers menores de edad, un asunto cada vez más relevante. Ejemplos como el joven youtuber Ryan Kaji, conocido por sus programas infantiles y venta de juguetes, datan la necesidad de considerar las implicaciones fiscales en casos de ingresos significativos generados por influencers menores.
Los recientes casos en Puerto Rico, como el del empresario e influencer Jorge Christian Batista Agront y el youtuber Waldemar Santos Flores, quienes enfrentan cargos de evasión contributiva y presentación de planillas fraudulentas respectivamente, subrayan la importancia de la observancia de las regulaciones fiscales.
En resumen, el mundo de los influencers en Puerto Rico está siendo remodelado por las regulaciones fiscales, y es esencial que los influencers comprendan y cumplan con sus responsabilidades tributarias. Es esencial que los influencers reconozcan la importancia de cumplir con sus obligaciones fiscales y busquen asesoramiento profesional para asegurarse de hacerlo correctamente. La transparencia y el cumplimiento son fundamentales en la relación entre influencers, marcas y audiencias en la era digital.