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Lionel Messi y la validez de los «contratos de servilleta»

04 de octubre de 2024
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Por Lcdo. Pedro E. Díaz García

Las opiniones expresadas en este artículo son únicamente del(a) autor(a) y no reflejan las opiniones y creencias de Microjuris o sus afiliados.

¿Sabías que Lionel Messi firmó su primer contrato en una servilleta? Esta historia sucedió en el año 2000 cuando Messi tenía apenas 13 años. Increíblemente se acordó su futuro con el FC Barcelona durante una comida improvisada, sin un documento oficial a mano, donde el director deportivo Carles Rexach escribió los términos del acuerdo en una servilleta. Lo que comenzó como un simple pedazo de papel terminó siendo el inicio de una de las carreras más importantes en la historia del fútbol. Pero, ¿cuán válido es un contrato en una servilleta?

Primero, hablemos de lo que es un contrato. En términos simples, un contrato es un negocio jurídico bilateral entre dos o más personas donde las partes expresan su consentimiento para crear, regular, modificar o extinguir obligaciones. (Art. 1230 del Código Civil de Puerto Rico)

En Puerto Rico, para que un contrato sea válido debe cumplir con tres requisitos esenciales: objeto, causa y consentimiento. El objeto es la cosa o servicio que se pacta, por ejemplo, pintar una habitación de un hogar. La causa es la razón por la que las partes hacen el acuerdo, como acordar el pago de $100 por pintar la habitación. Finalmente, el consentimiento es la voluntad de ambas partes de obligarse al contrato, es decir, que están de acuerdo con los términos establecidos.

Es fundamental resaltar que los contratos no pueden ser contrarios a la ley, la moral o el orden público. En adición, se resalta que los contratos tienen una fuerza vinculante entre las partes signatarias; por tanto, lo pactado en esa servilleta tiene fuerza de ley entre las partes. Puedes estar preguntándote, conforme a que no mencionamos como requisito que un contrato sea escrito; ¿Cuál sería la necesidad de redactar un contrato, aunque sea tan informal como en una servilleta?

Aunque los contratos verbales pueden ser válidos si cumplen con los requisitos mencionados, escribirlos, aunque sea en una servilleta, tiene beneficios. Un contrato por escrito sirve como prueba prima facie en caso de que haya alguna disputa posterior. Por ejemplo, supongamos que, en vez de pintar una habitación, dos partes acuerdan en remodelar una cocina completa a un costo de $5,000.00. La primera parte culmina el trabajo y la segunda parte se niega a pagar el total de los $5,000.00; ofreciendo en vez $2,000.00 por el servicio. Un escrito, aunque fuese uno informal, puede servir de evidencia del precio pactado durante una posible disputa legal.

Como puedes observar, los contratos informales no son solo cosa de superestrellas o acuerdos complejos. Imagina que un amigo te pide que cuides de su mascota mientras se va de vacaciones, y a cambio te ofrece $100. O tal vez acuerdas con un vecino que te ayude a cortar el césped durante el verano por una cantidad similar. Estos tipos de acuerdos no suelen involucrar abogados o documentos elaborados, pero pueden tener un impacto económico significativo para las partes involucradas. Al igual que en el ejemplo de pintar una habitación, estos contratos sencillos pueden ser perfectamente válidos si cumplen con los requisitos de objeto, causa y consentimiento.

Uno de los aspectos más cruciales en cualquier contrato, por informal que sea, es la precisión. La falta de detalles claros puede llevar a malentendidos que podrían haberse evitado fácilmente. Incluso en un contrato informal, es vital definir términos específicos como el alcance del trabajo, el plazo de entrega, y las condiciones de pago. Por ejemplo, si tu amigo va a pintar una habitación en tu hogar, ¿cuál habitación? ¿Qué color de pintura? ¿Cuándo debe completarse el trabajo? La claridad en estos detalles protege a ambas partes y facilita resolver cualquier disputa futura. En resumen, mejor especificar en la servilleta que te van a pintar «la sala de color azul cielo» que «algún cuarto por ahí».

Si decides redactar un contrato en una servilleta, asegúrate de incluir todos los detalles esenciales. Comienza identificando claramente a las partes involucradas y especifica el objeto del contrato. No olvides detallar el precio, los plazos y cualquier condición particular. Estos detalles no solo ayudan a clarificar el acuerdo, sino que también facilitan la resolución de cualquier disputa que pueda surgir más adelante. Y claro, de surgir complejidades o de tratarse de un asunto más formal, no dudes en contactar a un abogado o abogada para que te asista.

Finalmente, antes de que corras a buscar una servilleta y un bolígrafo, cabe resaltar que hay varios casos en los que la mera naturaleza del contrato requiere una mayor formalización. Por ejemplo: acuerdos de compraventa de propiedad inmueble, contratos con el gobierno, escrituras públicas, etc.

En resumen, los contratos informales, incluso esos que podrían estar garabateados en una servilleta de coctel, pueden ser tan válidos como un acuerdo formal. Lo crucial es que las partes se pongan de acuerdo, cumplan los requisitos legales y mantengan los términos claros. Y recuerda: si llegas a firmar un contrato en una servilleta; ¡Asegúrate de no dejarla en el bolsillo cuando vayas a lavar la ropa!

Las columnas deben enviarse a mad@corp.microjuris.com y deben ser de 600-800 palabras. 

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