Dos manicuristas presentaron una demanda contra cuatro salones de belleza en Nueva York por una alegada violación de derechos laborales, en una demanda que pretenden se convierta en una acción de clase en pro de empleados de otros salones.

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La demanda, presentada en un tribunal federal, antecedió una serie de artículos publicados en el periódico The New York Times sobre los problemas y condiciones de salud que padecen estos empleados por su contacto con productos químicos.

De interés: «Perfect Nails, Poisoned Workers» (The New York Times)

En la acción se argumenta que los empleados de los salones Nailsway, Naulo Nails, Nailsmetic y Nailscure reciben un sueldo de 60 dólares o menos por turnos de 10 horas. Además, según se alega, se les niega el poder consumir almuerzo o tiempo de receso.

Según uno de los artículos publicados, Nancy Otavalo, una manicurista ecuatoriana, sufrió un aborto espontáneo; y Mónica Rocano, otra de las manicuristas, tiene una hija que no ha logrado aprender a hablar o caminar. Según el artículo, historias de enfermedad similares a estas abundan en los salones de uñas de todo el país, "de niños que nacieron lentos o especiales, abortos espontáneos y cánceres, de toses que no cesan y dolorosas lesiones en la piel".

"Estos casos se han vuelto tan comunes que las manicuristas veteranas le advierten a las jóvenes que están en edad de tener hijos que se mantengan lejos del negocio, por la fuerte dosis de esmaltes, solventes, endurecedores y pegamentos que las trabajadoras de uñas manejan a diario", señala el artículo.

Esos señalamientos han sido respaldados por estudios médicos que además señalan que los índices de muerte por cáncer en el tejido linfático son más elevados entre cosmetólogos y manicuristas. Otras de las afecciones que pueden sufrir estas empleados son la preponderancia de malestares respiratorios y cutáneos así como desarrollo fetal anormal y otros daños a la salud reproductiva.

"Sabemos que muchos de los químicos son muy peligrosos", expresó David Michaels, subsecretario de la Administración Federal de Seguridad y Salud Ocupacional, la agencia gubernamental estadounidense que monitorea la seguridad en los lugares de trabajo. "No necesitamos ver el efecto en las manicuristas para saber que es dañino para los trabajadores", añadió.

Por causa de esta serie de artículos, el alcalde de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció la formación de un comité especial para investigar esas situaciones y adoptar ordenanzas que protejan la salud de estas trabajadoras. De acuerdo a la información preliminar sobre estas gestiones, los salones tendrán que poner letreros informando a los trabajadores de sus derechos, deberán requerir guantes para los manicuristas e instalar un sistema de ventilación adecuado para prevenir daño con los químicos. Además, estos salones deberán pagar una fianza para asegurar una restitución a los empleados, si los patronos violaran estas regulaciones.