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Miles de personas que tomaron préstamos privados para pagar sus estudios universitarios, pero no han sido capaces de hacer los pagos, podrán borrar sus deudas por falta de documentación crítica.
Los préstamos en controversia, que suman al menos $5 mil millones de dólares, están en el centro de una disputa legal prolongada entre estudiantes prestatarios y un grupo de acreedores que los han perseguido agresivamente en los tribunales después de que se atrasaron en los pagos.
Según Dealbook, los jueces ya han desestimado docenas de demandas en contra de los estudiantes, lo que técnicamente ha eliminado las deudas de estos. En el eje de la controversia está uno de las casas propietarias de préstamos más grandes de la nación, el National Collegiate Student Loan Trusts. Esta entidad funge como «sombrilla» de unos quince fideicomisos que retienen 800,000 prestamos estudiantiles privados, que totalizan 12 mil millones de dólares. El National Collegiate Student Loan Trusts actualmente lucha para demostrar en la corte que tiene el papeleo legal que muestra que es la propietaria de esos préstamos, que fueron hechos originalmente por los bancos y luego vendidos a inversores.
A su vez, más de 5 mil millones de esas deudas están en incumplimiento, por lo que la compañía persigue agresivamente a los deudores que no pagan. Los abogados de National Collegiate advirtieron en una moción reciente que el hecho de que los fideicomisos no han sido capaces de producir los documentos necesarios que acrediten la titularidad, aumenta la probabilidad de que haya más incumplimientos.
Un ejemplo de estos casos es el de Samatha Watson, una mujer de 33 años, madre de tres, que se graduó del Lehman College en el Bronx en el 2013. Según Watson, esta tomó préstamos estudiantiles para solventar sus estudios de psicología. Sin embargo, no comprendía bien la «letra pequeña» de los prestamos, ni cómo funcionaban los intereses. Aunque la mujer hizo algunos pagos de sus préstamos, una de sus hijas se enfermó y tuvo que dejar su trabajo como asistente ejecutiva.
National Collegiate la demandó sin presentar documentación que probara realmente la cantidad del préstamo que esta debía. Incluso en alguna ocasión, National Collegiate presentó documentos diciendo que la Sra. Watson se había inscrito en una escuela a la que nunca asistió.
En su defensa, el abogado de la Sra. Watson se apoderó de lo que vio como defectos en la documentación. El juez Eddie McShan del Tribunal Civil de la Ciudad de Nueva York en el Bronx acordó y rechazó cuatro demandas contra la Sra. Watson. Los fideicomisos «no lograron establecer el tracto de los títulos» de los préstamos de la Sra. Watson, escribió en un fallo.
Tribunales de todo de todos los Estados Unidos, incluyendo recientemente casos en New Hampshire, Ohio y Texas, han desestimado demandas por parte de National Collegiate, determinado que la compañía no demostró poseer la deuda que estaba tratando de cobrar.
A pesar de esta buena nueva para algunos deudores, los fideicomisos ganan de forma automática muchos de los pleitos que presentan porque los prestatarios a menudo no aparecen para defenderse. Esas victorias en corte, que se pueden utilizar para embargar cheques de pago y beneficios federales como el Seguro Social, pueden perseguir a los prestatarios durante décadas.
Los préstamos en pugna se otorgaron hace más de una década por decenas de bancos diferentes, luego fueron agrupados por una empresa de financiación y vendidos a inversores. Estos préstamos privados no estaban garantizados por el gobierno federal, que es el mayor prestamista de préstamos estudiantiles de Estados Unidos.
Pero a medida que la deuda pasaba por muchas manos antes de desembarcar en los fideicomisos de la National Collegiate, documentos importantes que establecían la titularidad de los préstamos desaparecieron.