» Ir al portal nuevo de Microjuris OK
Por Daniel Rivera Vargas
El derecho de una persona a decidir sobre su cuerpo podría estar seriamente amenazado con la determinación anunciada el pasado lunes por el Tribunal Supremo de Estados Unidos (TSEU) de considerar un caso que podría limitar —o hasta revocar— el famoso precedente de Roe v. Wade, de 1973, esto según observadores de este debate a nivel federal.
El alto foro —que se ha tornado más conservador tras la llegada de la jueza Amy Coney Barrett— en sustitución de la otrora voz liberal de ese tribunal, Ruth Bader Ginsburg, anunció el pasado lunes que decidiría el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que cuestiona la constitucionalidad de una ley de Mississippi que prohíbe abortos después de las 15 semanas de gestación.
El anuncio del Tribunal Supremo de que evaluará este caso -a pesar que la corte de distrito y el foro apelativo fallaron en contra del gobierno, validando el derecho al aborto- ha levantado banderas entre quienes apoyan y rechazan este derecho.
«Los abortos en realidad están fuera del alcance de muchas personas marginadas en nuestra sociedad y en muchos estados rojos (republicanos). ¿Pero ahora? Es atroz y aterrorizante, es como en The Handmaid’s Tale, solo que en la vida real en estados por todo Estados Unidos», planteó el grupo MoveOn, que simpatiza con el derecho al aborto.
«La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de atender el caso de Mississippi es un paso positivo hacia finalmente revocar la trágica decisión de Roe v. Wade, emitida hace 48 años y sus subsecuentes abortos precedentes. El aborto le quita la vida a una persona inocente y tiene enormes consecuencias físicas y psicológicas en la madre», expresó también el grupo antiaborto Liberty Counsel.
La analista científica senior del Guttmacher Instititute, Liza Fuentes, quien también es miembro de la Junta de Directores de Taller Salud, explicó a Microjuris.com que el caso de Mississippi en realidad es la representación más reciente de todo un movimiento para prohibir el aborto en Estados Unidos, que usa leyes estatales restrictivas para forzar que el tema regrese al Supremo federal para ver si con la nueva mayoria —seis conservadores y tres liberales— revocan el precedente de Roe v. Wade.
«Este año hemos visto la mayor cantidad de proyectos introducidos en las legislaturas de los estados, nunca antes visto, y estos proyectos de ley incluyen varias prohibiciones. Pase lo que pase con el caso de Mississippi, esta es la estrategia para tumbar Roe v. Wade», reflexionó Fuentes.
«La meta es restringir o prohibir el aborto en todo el país», subrayó.
Fuentes coincide con un análisis del New York Times publicado esta semana, articulando que la derogación de Roe v. Wade no haría completamente ilegal el derecho al aborto porque, en última instancia, esa decisión dependería de los estados, pero sí lo haría más difícil en hasta 22 de los 50 estados.
Una determinación contra el precedente haría que las distancias que viajan algunas mujeres o personas gestantes para abortar aumenten de 35 millas a 279 millas, en un futuro sin Roe.
«El artículo provee un resumen importante de los cambios en la disponibilidad geográfica de los servicios de aborto en Estados Unidos que se podrían esperar si se anulara Roe v. Wade. Como dice el artículo, es difícil predecir el número exacto de personas a quienes se les podría negar los servicios de aborto en ese contexto, pero lo que sí sabemos es que el daño sería grave, haciendo viajar miles de personas lejos de casa, causando demoras en obtener el cuidado de buscan, y hasta hacer que las personas que no pueden juntar los recursos para viajar continúen con un embarazo», dijo la investigadora.
Fuentes dijo que la dificultad geográfica es un factor importante para que muchas personas opten por un aborto autoinducido, según un estudio de 2014 en Texas.
En el estudio, en el que participaron 18 personas, la mayoría logró terminar su embarazo sin usar una clínica, pero hubo seis que no y tuvieron que acudir a una clínica después de experimentar demoras e incurrir en mayores costos.
Texas es uno de los estados donde ya hay diversas leyes estatales que han llevado al cierre de algunas clínicas para terminar embarazos, por lo que las personas interesadas deben viajar distancias más largas para ejercer su derecho.
La especialista indicó que quitar el acceso legal a los abortos no quiere decir que se terminará el deseo de algunas personas de hacerse uno, y habrán personas que pongan en riesgo su propia salud para hacerlo.
«Algunas personas van a buscar hacerlo por ellos mismos. Eso no siempre es efectivo», sostuvo.
La científica dijo que una decisión del Supremo a favor de la ley de Mississippi podría mover a otros estados a aprobar legislaciones similares. De hecho, sin una decisión aún, sino solo con el anuncio del Supremo de que discutirán este tema, el miércoles el gobernador de Texas, Gregg Abbott, firmó una nueva ley prohibiendo las terminaciones de embarazo desde las 6 semanas.
Fuentes dijo que no se justifica la prohibición al aborto a las 15 semanas, como propone la ley de Mississippi en controversia en este caso, ni en cualquier periodo.
«Es totalmente arbitrario. No hay ninguna razón médica», sostuvo.
«Es más seguro que las personas sencillamente decidan cuándo quieren terminar el embarazo», mencionó Fuentes, quien recordó que todavía hay acceso a pastillas abortivas. «Hay muchas razones por las que las personas buscan el aborto y deben tener ese derecho y cualquier prohibición quita a las personas ese derecho», indicó.
«Queremos que la gente sepa que el aborto es muy seguro, que prohibir el aborto en cualquier etapa del embarazo no tiene justificación médica ni social, que el aborto es parte esencial de la persona que tenga capacidad para embarazarse, y espero que nuestras investigaciones hechas hace décadas permitan a la gente entender el riesgo de que el Tribunal Supremo decida en contra del aborto», destacó Fuentes.
Mientras, el abogado José Bagué Soto indicó que el caso de Mississippi se dirige principalmente a cuestionar Planned Parenthood v. Casey, de 1992, donde se adopta el lenguaje de «viabilidad del feto».
«Roe estableció un estándar trimestral para determinar cuándo el Estado puede reglamentar el aborto y determinaron que sería en el último trimestre, pero con Parenthood cambiaron esa estructura por un análisis de viabilidad. Si la criatura es viable en el vientre, el estado puede reglamentar, y cuando no es viable, la mujer puede decidir», explicó Bagué Soto.
«Lo que se está vislumbrando es que ciertamente se va a revisar la decisión de Parenthood, y con toda probabilidad van a mover la línea más hacia atrás y eso está más de acuerdo a los desarrollos de la ciencia, y creo que como sociedad debemos hombres y mujeres ser más responsables, tener esa consciencia de los actos de uno y ahí es que va la cosa», según señaló el letrado.
A palabras del abogado, el alto foro judicial podría ir más allá de expresarse sobre el término de viabilidad, y derogar en su totalidad Roe v. Wade.
«Roe v. Wade está operando casi en life support. Si eso es bueno o malo, cada cual juzgue a su manera», dijo Bagué Soto.
De acuerdo con el abogado, el peso del precedente o el hecho de que Roe v. Wade sea un caso con casi 50 años, no impediría a la mayoría en el Supremo, si lo entiende pertinente, revoque la decisión.
Bagué Soto señaló que en el pasado se han cambiado decisiones erradas, y recordó el caso de Brown v. Board of Education, de 1954, que declaró inconstitucionales las leyes de segregación que en 1892 fueron validadas por ese mismo tribunal, cuando se retaron los estatutos racistas de las llamadas leyes Jim Crow.
El letrado destacó que hay jueces como Neil Gorsuch que han hablado con claridad de que malas decisiones pueden ser cambiadas.
Si finalmente es derogado Roe v. Wade, recaería en los estados decidir cómo atienden las terminaciones de embarazos en sus respectivas jurisdicciones, y Bagué Soto entiende que ya hay 48 estados donde hay algún tipo de restricción estatal a los abortos.
El abogado aclaró durante la entrevista que él entiende que se debe promover más la responsabilidad individual de hombres y mujeres y que hay que considerar los adelantos actuales de la ciencia que permiten que desde bien temprano se detecten latidos, ondas de sueño, y otros aspectos que, según él, para la época de Roe v. Wade no se podían medir científicamente.
La lucha por las terminaciones de embarazo no se quedan en la Corte Suprema o en las jurisdicciones estatales.
El presidente Joe Biden han hablado de establecer por ley el derecho al aborto según reconocido por Roe v. Wade, y así se desprende de su programa de gobierno en la pasada campaña, según la sección de su plataforma llamada Agenda para la Mujer.
«Biden trabajará para codificar Roe v. Wade y su Departamento de Justicia hará todo en su poder para detener las leyes estatales que descaradamente violan Roe v. Wade», explica la agenda.
The Biden Agenda for Women | Joe Biden for President: Official Campaign Website
Bagué Soto, sin embargo, entiende que este es un camino cuesta arriba porque, aunque los demócratas controlan ambos cuerpos legislativos, lo hacen por una diferencia mínima ante el Partido Republicano, que suele oponerse al aborto, por lo que podrían no tener los votos, o ser detenido por la práctica senatorial del filibusterismo para impedir que el proyecto baje a votación.