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«Poemas al editor» es un trabajo artesanal en el que las letras se entrelazan para dar vida a un poema, impulsado por la creatividad de Andrés L. Córdova Phelps, Catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
«Esta exposición es totalmente accidental. He estado escribiendo desde hace muchos años. Retomé la escritura poética entre 2014 y 2015, y recientemente he vuelto a esa experiencia. Durante la pandemia, teníamos mucho tiempo en nuestras manos, así que empecé a recortar periódicos y a jugar con imágenes y palabras», comentó el profesor, a quien visitamos en su oficina para conversar sobre su nueva exhibición, «Poemas al editor», una obra que busca resaltar —en plena anticipación de su imposibilidad— la sonoridad de la poesía», describió el autor.
La exhibición se está llevando a cabo desde septiembre hasta diciembre en la Galería Microjuris de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (Tercer Piso).
«El uso del collage, con su técnica de contra y yuxtaposición, anuncia su carácter derivativo, contingente. Las formas, sea en acuarela, témpera o acrílico se desparraman sobre el papel o la madera, en regresión infinita. La línea de paseo, como invitaba Paul Klee. Nada es como aparenta», agregó.
Córdova Phelps describe su obra como un intento de capturar la escritura a través de la imagen, utilizando los periódicos como un mapa estético para alcanzar la poesía cotidiana.
«Históricamente hablando eso nace de la práctica desde los petroglifos neolíticos», contestó a preguntas de exposición sobre cómo aborda la relación histórica entre la imagen y la escritura en la exposición.
Mencionó, de igual forma, como referencia la caligrafía oriental:
«Más recientemente, el siglo XX tuvo diversos movimientos artísticos que exploraron los límites del lenguaje y su representación pictórica: los caligramas de Apollinaire, el dadaísmo de Tristán Tzara y Max Ernst, el surrealismo la pipa de René Magritte, entre tantos otros; en Brasil el movimiento de la poesía concreta de Augusto de Campos (1952) buscó cerrar la brecha entre la poesía y la imagen; en Puerto Rico en la década de los 1970, Esteban Valdés produjo una obra que exploraba esta misma intuición estética», reza el escrito de la exhibición.
También recordó al poeta chileno Vicente Huidobro, quien exploró estas mismas dimensiones. «En la literatura, también hay un ejercicio de juegos visuales con la poesía», agregó.
Mientras, en Brasil se reconoce al poeta brasileño Augusto de Campos, quien para la década de los cincuenta se conocía por la poesía concreta. «Históricamente esto es un grupo definitorio».
La obra del profesor, actualmente en exhibición en la Galería de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, con el auspicio de Microjuris, tiene sus raíces en la poesía concreta, una forma de expresión poética que resalta tanto el aspecto visual del lenguaje como su significado.
‘Poemas al editor’ se centra principalmente en la disposición visual de las palabras, utilizando colores brillantes y símbolos para crear una experiencia estética a través de la forma.
Este estilo fue popularizado en la década de 1950, con exponentes como Augusto de Campos y Décio Pignatari en Brasil, quienes buscaban una poesía que fuera «para los ojos» tanto como «para el oído».
«En una forma muy interesante de cazar las preocupaciones filosóficas poéticas con la representación visual», apuntó el profesor.
«El color es totalmente subjetivo en todo esto, por supuesto. El amarillo prevalece en muchas de las obras que están ahí. Por ejemplo, uno piensa mucho en Vincent Van Gogh, y en la idea del amarillo como esta luz. Así que, el amarillo para mí, en gran medida es significativo de la esperanza», indicó Córdova Phelps.
Explicó que el color busca crear un contrapelo con el «humor negro» de las imágenes porque, «obviamente hay una contraposición con el uso del color y el pesimismo de la lectura».
Sobre el uso del periódico destacó que busca atrapar la efimeridad del arte.
Sobre cómo se refleja el contraste entre el oído y el ojo en su obra y qué significado tiene en el contexto de su exhibición, el profesor de los cursos de Obligaciones y Contratos destacó que es la sororidad de la palabra.
«Cuando uno intenta capturar el juego lingüístico con el sonido, la poesía revela su propia esencia, mientras que las artes visuales dependen fundamentalmente del ojo. La pregunta que me hago es cómo combinar la percepción visual con la auditiva, y eso es en parte lo que intento lograr con este juego. A veces prevalece el ojo y, en otras instancias, el oído», explicó.
«Yo soy el primero en admitir que la representación visual de la poesía es una tarea difícil. Así que el proyecto empieza con un desafío. Dicho esto, intentar lo imposible siempre resulta interesante. Mi objetivo es provocar, no al lector, sino a quien está viendo la obra, para que trate de combinar el oído con el ojo y provoque una reacción inteligente», concluyó.
La exhibición se está llevando a cabo desde septiembre hasta diciembre en la Galería de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (Tercer Piso).