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La licenciada Vanellies Santiago Rivera explicó que en Puerto Rico las disputas sobre mascotas cuando una pareja se separa se manejan como un asunto dentro del marco de las relaciones de familia.
En el Código Civil de 2020, la condición jurídica de los animales, especialmente los domésticos y domesticado, cambió. "Dejaron de ser considerados meros bienes y pasaron a ser reconocidos como ‘seres sensibles’, aclaró.
La abogada comentó que este reconocimiento implica que, en lugar de tratarse como un asunto puramente patrimonial, los tribunales deben atender el bienestar del animal y las dinámicas afectivas y de cuidado involucradas. Destacó que, en la práctica, esto permite plantear reclamos similares a los de custodia y compartir tiempo en busca de proteger el mejor interés y la estabilidad de la mascota.
"Jurídicamente, las mascotas ya no se tratan como simples objetos o bienes. El Código Civil de Puerto Rico de 2020, en su artículo 232, las reconoce expresamente como "seres sensibles", es decir, seres capaces de experimentar sensaciones. Este reconocimiento marca una ruptura con la visión tradicional que las equiparaba a propiedad.
Con esa disposición, se reconoce su valor afectivo y su bienestar como elementos relevantes en cualquier controversia legal. En otras palabras, aunque todavía existen aspectos patrimoniales vinculados a la tenencia de animales, el enfoque actual del ordenamiento puertorriqueño es tratarlos como miembros sensibles del núcleo familiar y no como cosas sujetas a mera propiedad", detalló.
Cuando una mascota fue un regalo de una de las partes, ¿esa persona mantiene algún derecho sobre ella tras la ruptura?
"Como ocurre con muchas cuestiones en derecho, la respuesta es: depende. No existe una regla automática para estos casos porque los tribunales evalúan cada situación individualmente", manifestó.
Santiago Rivera mencionó que es importante recordar que las mascotas no se consideran simples bienes de los cuales se puede disponer libremente y, en casos donde una mascota fue "regalada" durante la relación, el análisis no se limita a quién la adquirió originalmente.
"El tribunal también puede considerar si la persona que hizo el regalo desarrolló un vínculo afectivo con el animal, si participó de su cuidado y qué responsabilidades asumió. Todo esto contribuye a determinar si esa persona mantiene algún derecho de custodia o participación en su vida tras la ruptura", aseguró.
Uno de los acuerdos al que una pareja puede llegar para solucionar la controversia de "con quién se queda la mascota" es la custodia compartida. Según la licenciada, cualquier pareja puede pactar de manera privada cómo compartirán el cuidado y el tiempo con el animal.
"De hecho, el Código Civil de Puerto Rico de 2020 respalda esta posibilidad. El artículo 235 dispone que, en caso de separación o divorcio de una familia que comparte la guarda de un animal, si las partes no llegan a un acuerdo, será el tribunal quien deba adjudicarla. Esa disposición abre la puerta a acuerdos privados y reconoce que la custodia y cuidado de las mascotas puede ser una controversia válida ante los tribunales", informó.
Pese a que no existe una guía detallada ni criterios reglamentados para decidir quién debe quedarse con la custodia de una mascota, la licenciada indicó que el Código Civil solo establece que el tribunal debe considerar "el mejor interés de los miembros de la familia y el bienestar y la seguridad del animal". "Esto deja espacio para que cada caso se evalúe de forma individual", apuntó.
No obstante, la abogada advirtió que es importante demostrar que la persona que solicita la custodia, exclusiva o compartida, mantiene un vínculo afectivo real con la mascota y asume las responsabilidades en el cuidado.
También dijo que la persona debe evidenciar que la solicitud no se realiza como un mecanismo para afectar las emociones o ejercer control de la otra parte.
"Entre la evidencia útil se puede incluir: tiempo de convivencia y cuidado directo, conocimiento de sus necesidades (alimentación, rutinas, salud), participación en gastos veterinarios y de mantenimiento, historial de visitas al veterinario, y cualquier otra prueba que refleje compromiso genuino con el bienestar del animal", compartió.
Para Santiago Rivera, antes de adquirir una mascota en conjunto, una pareja debe considerar lo siguiente:
"Cuando estos aspectos se discuten y documentan desde el principio, ambas partes tienen expectativas claras sobre sus obligaciones y derechos, y sobre todo, se protege el bienestar y estabilidad de la mascota a largo plazo", enfatizó.
La licenciada compartió información importante que debes conocer: