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Reconoce la prevención como herramienta para erradicar la violencia contra las mujeres

17 de enero de 2024
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Por Valeria Alicea Guzmán  

La prevención es una de las principales herramientas para erradicar la violencia contra las mujeres puertorriqueñas y evitar los feminicidios. Sin embargo, ¿cómo se logra?

Para la directora ejecutiva del Proyecto Matria, Amarilis Pagán Jiménez, la meta debe ser cero violencia contra las mujeres, que se logra fuera del sistema de justicia.

«Primero, hay que hacer una distinción entre los niveles de prevención. La prevención real o prevención primaria es la que se da en las comunidades y en la sociedad en general que es cuando se educa para que no ocurran sucesos violentos. Es en lo que nos deberíamos enfocar para que las mujeres no tengan que ir a un tribunal a pedir una orden de protección o radicar querellas», expresó la licenciada. 

Con relación al sistema de justicia, la abogada mencionó que se emplea otro nivel de prevención. En esta etapa, la aspiración es ejecutar las acciones necesarias para que esa violencia no escale y culmine en un feminicidio.

Desde el Proyecto Matria han impulsado acuerdos colaborativos con las salas especializadas en casos de violencia doméstica del Poder Judicial, y acompañan a las víctimas en los procesos. Pagán Jiménez indicó que el sistema de justicia ha comenzado a dar los pasos necesarios para «hacer bien su trabajo».

«La creación de las salas especializadas, hacer las evaluaciones que están haciendo de las salas especializadas para ver como han estado funcionando y cuáles son sus estadísticas son pasos por la ruta correcta», destacó. 

No obstante, reconoció que los esfuerzos no dan abasto y que las fallas que se ven en el Poder Judicial las atribuye a lo relacionado con las personas que laboran en los tribunales.

«A lo que tiene que ver con sus recursos humanos y los valores o creencias que tiene ese recurso humano del Poder Judicial. No solo a las juezas o a los jueces, sino también a los alguaciles y otro personal que está en los tribunales y que de alguna manera actúa con las mujeres cuando solicitan órdenes de protección, radican querellas o tienen algún caso pendiente», agregó.  

La activista explicó que hay una necesidad de adiestramiento continuo específicamente para  las juezas y a los jueces. Según Pagán Jimenez, es necesario que además de conocer los aspectos técnicos de la ley de violencia doméstica, evidencia o jurisprudencia aplicable, también desarrollen un cambio de sensibilidad y valores que les permita apreciar la evidencia en su mayor capacidad. 

«Uno de los problemas que estamos teniendo es que los jueces no ven las banderas rojas en los casos. No los ven porque en sus sistemas de creencias quizás esos eventos que le están presentando no son lo suficientemente graves o es el tipo de violencia que se ha normalizado y se le atribuye cierto tipo de responsabilidad a las víctimas», aclaró. 

En la academia 

Por otro lado, comentó que una forma de prevención es que las escuelas de derecho asuman desde sus currículos y visión una perspectiva de derechos de las mujeres. 

«Que reconozca no solo la personalidad jurídica de las mujeres, sino cómo las desigualdades por sexo impactan a las mujeres y cómo el sistema jurídico esta construido desde una visión que definitivamente es androcéntrica y heteronormativa», añadió. 

Asimismo, reconoció que no todas las personas que cursan sus estudios en derecho se exponen a discusiones que consideren esas desigualdades. «Cómo desde el derecho se puede cambiar la sociedad o […] cómo la sociedad tiene la capacidad de cambiar la legislación y nuestro sistema jurídico», sostuvo.  

Mirada al 2023

De igual forma, Pagán Jiménez reaccionó al informe de fin de año del Observatorio de Equidad de Género sobre feminicidios en Puerto Rico. El informe revela que el año 2023 registró 72 feminicidios y el aumento de feminicidios íntimos y de mujeres adultas mayores.  

«En 2023 tuvimos cinco niñas en la lista de feminicidios y además aumentó a 17% el total de feminicidios las mujeres mayores de 65 años. Eso quiere decir que esa visión que puede tener el público en general de que las mujeres que matan en este país son las mujeres que están en los veinte y tantos  o treinta y tantos es errónea», dijo. 

Agregó que es importante estar conscientes de que la violencia de las mujeres no discrimina por edad y que las estadísticas del 2023 son banderas rojas. 

«Nos indica que nuestra niñez sigue estando expuesta a la violencia y el hecho de nacer niña te expone. En el caso de las mujeres mayores, tenemos que pensar en términos de las campañas de prevención como hablarle a las personas mayores de 65 años donde está normalizado recibir violencia, aguantarla y permanecer. Lo que puedo pensar yo es que las campañas que hemos estado haciendo no necesariamente han llegado a esa generación que tiene un código de valores muy diferentes al que podemos tener las mujeres de generaciones posteriores», puntualizó. 

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