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Resaltan labor de futuros profesionales del derecho comprometidos con la justicia

09 de julio de 2022
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Por Valeria Alicea Guzmán

Las primeras advertencias que hace la profesora Susana Serrano Mondesí a sus estudiantes es que deben tener sensibilidad, y que humanizar a cada cliente es indispensable para cumplir con el rol de abogada o abogado de defensa.

Según la exjueza, requiere de mucha valentía y responsabilidad pertenecer a la sección Criminal grave, menos grave y menores de la Clínica de Asistencia Legal de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.

«No es para todos los estudiantes porque hay estudiantes que se quieren enfocar en la notaría o no les gusta la litigación y mucho menos la litigación en derecho penal, que es una de las más difíciles a mi juicio. […] Siempre estamos con todo en contra, el sistema en contra. Son las personas por las que nadie se preocupa y por las que nadie se identifica», expresó.

Resaltó que la sección que dirige es una de las más activas con relación a la litigación en los tribunales. «También es una clínica bien deseada por los estudiantes, pero solo 10 se pueden escoger», agregó.

Participar por un año en una de las divisiones de la Clínica de Asistencia Legal es requisito de graduación para las personas que cursan su Juris Doctor en la Escuela de Derecho de la UPR. Serrano Mondesí explicó que el Reglamento del Tribunal Supremo de Puerto Rico autoriza a las y los estudiantes de tercer año a postular en tribunales bajo la mentoría de una profesora o profesor.

«En cuanto al perfil de esos clientes que nosotros tenemos, es que tienen que cumplir con un requisito de indigencia similar al que se utiliza en la Sociedad para Asistencia Legal. [...] Aunque nosotros atendemos casos de delitos graves, la mayor parte de nuestra clientela es de delitos menos graves, particularmente casos de embriaguez», compartió.

En entrevista con Microjuris, la licenciada destacó que, durante los últimos años, han notado una proliferación de personas con enfermedades de salud mental no diagnosticadas.

«Siempre preguntamos en las entrevistas si han recibido tratamientos de salud mental porque en lo criminal, por ejemplo, es bien pertinente para posibles defensas que tenga la persona», indicó.

Sin embargo, destacó que son personas pobres que, por falta de diagnóstico, acceso a medicamentos o a un profesional de salud mental, no reciben tratamientos.

Para presentar la defensa, Serrano Mondesí informó que colaboran con el Departamento de Psicología de la UPR en casos relacionados con pacientes de salud mental. Tras la pandemia por el COVID-19, ha sido un reto sobrellevar los casos porque las evaluaciones deben ser presenciales, añadió.

Compromiso y sensibilidad

La abogada confesó que cada vez las y los estudiantes la sorprenden muy favorablemente, pues se sensibilizan más en el proceso.

Contó que al último grupo de estudiantes que le impartió clase, le asignó una reflexión final. En el trabajo, además de escribir sobre sus experiencias como abogados y abogadas de defensa, debían visitar el tribunal e ir de espectadores. Tenían que incluir, en el ensayo, un enfoque sobre el manejo de la sala, cómo se desempeña el juez o jueza y cómo se desempeñan las partes. «Eso fue muy revelador», confesó.

«Los estudiantes se indignan. Particularmente, es algo que yo les digo desde el día número uno, que tienen que tener sensibilidad, que hay que humanizar al cliente. […] Porque si no, están en la clínica equivocada. El que escoge estar ahí es porque de verdad siente un compromiso no solo con las personas que trabajamos, sino con la justicia», aseguró.

Sostuvo que uno de los aspectos que distingue a las y los estudiantes de derecho es el compromiso que tienen con sus clientes, que demuestran agradecimiento por la labor que realizan.

«Es algo que me llena de satisfacción. Cada vez que un cliente me habla bien de los estudiantes siento que logramos el propósito», concluyó.

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