Nota de la editora: ¿quieres estar al día con lo que sucede en la legislatura? Te invitamos a registrarte en nuestro boletín.

Por Daniel Rivera Vargas

Debido a los gastos constantes que superan los ingresos año tras año, un informe abarcador de la Oficina de Presupuesto de la Asamblea Legislativa (OPAL) ofrece un nuevo retrato sobre el manejo de las finanzas públicas durante el siglo XXI.

En el documento de 47 páginas titulado ‘Informe Especial: Ingresos y Gastos del Fondo General (AF2000-2022)‘, se examinan los estados financieros auditados disponibles en el portal del Departamento de Hacienda durante las últimas dos décadas, un periodo en el que la constante era gastar mucho más de lo que se recibía en ingresos.

En una entrevista con Microjuris, el director de OPAL, Luis Cruz Batista, indicó que el informe demuestra que, entre 2000 y 2014, los ingresos totalizaron $118,788 millones, mientras que los gastos fueron $144,573 millones. Esto quiere decir que los gastos excedieron los ingresos por $25,785 millones.

«¿Cómo se cubrió? Pues, se cubrió con préstamos», sostuvo Cruz Batista. «Los gastos superaron los ingresos marcadamente».

Sostuvo que hay $9,524 millones de préstamos diversos y otros $8,980 en préstamos de COFINA (IVU), entre otros mecanismos de endeudamiento.

El análisis de los estados auditados del 2000 al 2022, específicamente aquellos que comparan los ingresos presupuestados con los reales, fue dividido en tres periodos por el personal de OPAL: uno de 2000 a 2014, escogiendo este último año porque fue el último antes de la quiebra del gobierno; el periodo de 2015 a 2022, durante el cual la mayor parte estuvo bajo la regencia financiera de la ley federal PROMESA; y un tercer análisis enfocado en las agencias con más gastos, según indicó Cruz Batista.

Una de las cosas que surge cuando se ve el periodo antes de la quiebra y el después es fijarse en el 20115, dijo Cruz Batista.

«Es un año fiscal interesante porque es la primera vez que Puerto Rico paga la deuda sin refinanciamiento (deuda nueva), ¿que quiere decir eso? Ese año terminó con un déficit de $622 millones. De allá para acá, hasta 2021 siempre hubo un exceso de ingresos sobre gastos, pero claro no se estaba pagando la deuda», afirmó.

La deuda comenzó a pagarse en 2022 con los planes de ajuste de la deuda en casi todo el gobierno (aún falta la Autoridad de Energía Eléctrica), cuando se pagaron $10,000 millones.

Al observar las áreas de mayor inversión, se destacan educación, encabezada por el Departamento de Educación y la Universidad de Puerto Rico; seguridad, con el Negociado de la Policía seguido por el Departamento de Corrección y Rehabilitación; y salud, con el Departamento de Salud y la operación de la tarjeta de salud, que ha tenido diversos nombres a lo largo del tiempo, explicó Cruz Batista.

En el área de educación, se puede observar que el gasto ha ido aumentando. A partir del año fiscal 2018, cuando se cerró el fideicomiso de sistemas de retiro y el pago de las pensiones de los maestros y otro personal recayó sobre el fondo general, esos pagos ahora están incluidos en el presupuesto de educación. Por tanto, desde 2018 hasta 2022, cerca del 45% del presupuesto del fondo general destinado a educación se destina a las pensiones.

En el informe también se destacan las asignaciones a la UPR durante ese periodo, que totalizaron cerca de $17,000 millones en gastos del fondo general.

Añadió que algo importante respecto a la universidad es que en 2014 la Ley Núm. 66 congeló las asignaciones por fórmula que recibían la Universidad de Puerto Rico, los municipios y el Tribunal General de Justicia.

Desde entonces, la proporción del gasto no solo ha disminuido, y no todo lo asignado va destinado al estudiante, sino que se destina a otros conceptos como, por ejemplo, $21 millones para el salario de médicos residentes.

El Contador Público Autorizado enfatizó que se examina exclusivamente la información relacionada con los ingresos del fondo general, por lo que no se incluyen otras partidas como las aportaciones federales u otros ingresos, como por ejemplo los generados por las matrículas en la Universidad de Puerto Rico.