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Desde un espacio en la Milla de Oro, el bufete Schuster LLC rompe con los esquemas a través de la inclusión.
Una firma que prioriza la equidad, para la licenciada Anabel Rodríguez Alonso, es algo inusual, como un «pájaro raro en Hato Rey». «Eso no existe en más ningún otro bufete. Nosotros hoy en día tenemos siete socios, seis de las cuales son mujeres», afirmó Rodríguez Alonso, quien lleva alrededor de 26 años trabajando como abogada.
Entre los factores que distingue a Schuster, y que hacen la práctica legal más equitativa, se destaca el ver más allá del tiempo facturable. Según Rodríguez Alonso, como norma general, los bufetes reconocen las horas facturadas como valor principal para la promoción de un abogado o abogada. «Es así porque al final del día es el que genera ingresos para una firma», compartió.
Sin embargo, en Schuster el factor de las horas se relacionaba más con la compensación.
«El peso se le daba, más allá de las horas facturadas, a la calidad del trabajo, a la lealtad, al compromiso con el desarrollo de la firma, al compromiso y el liderazgo con ayudar a adiestrar a otras generaciones de abogados que se van uniendo a la firma. Se le da mucho énfasis a tu capacidad de traer clientes, a tu capacidad de desarrollar clientes existentes», mencionó.
Cuando Rodríguez Alonso llevaba poco tiempo trabajando en la firma, un abogado le comentó que jamás se iría de ese lugar. «La verdad nunca me fui porque yo siempre me he sentido en esta firma reconocida, apreciada independiente de los giros que como madre y esposa tuve que enfrentar», confesó.
Precisamente, la abogada reconoció que su historia ha sido una muy distinta a la de otras mujeres. «A mí me hacen junior partner casi al mismo tiempo en el que voy a tener a mi hija. También me hacen socia propietaria cuando tengo dos nenes chiquitos y estoy part time«.
En Puerto Rico, las mujeres representan 45.4% de los profesionales del derecho, pero para la mayoría vive una realidad laboral distinta a las abogadas que pertenecen a Schuster.
Según el estudio Presente y futuro de la profesión legal en Puerto Rico 2021, de Microjuris y Estudios Técnicos, solo un 7% de las abogadas que trabajan en bufetes logran ocupar puestos como socias de capital, a diferencia de los hombres que el 23% llegan a ocupar puestos directivos.
De igual forma, Rodríguez Alonso explicó que un estudio realizado por Leopard Solutions buscaba entender por qué las mujeres se van de los bufetes. «Casi siempre la gente asume que se van por la maternidad, por empezar una familia y esa no es la razón. [...] El estudio concluye que es porque las mujeres sienten que no son bienvenidas, que no son apreciadas, que no son valoradas, que no tienen un camino delineado para convertirse en socia», informó la licenciada.
Por su parte, la licenciada Mariela Rexach Rexach, quien también es socia capital de Schuster LLC, explicó que la desigualdad de género muchas veces está relacionada con la naturaleza del trabajo.
«La profesión legal, la práctica del derecho y nosotras que litigamos se basa mucho en precedentes, en cómo se hacen las cosas, que las cosas se tienen que hacer de esta forma y puede a veces sentirse como una camisa de fuerza en la misma práctica y creo que a veces eso se desborda en cómo operan los negocios relacionados con el derecho», explicó Rexach Rexach.
Rexach Rexach comentó que la práctica en los bufetes siempre es tradicional, en la que resaltan los «white shoes» y dónde se habla de los «boys club». Reconoció que, cuando se graduó, su meta era trabajar en algún bufete en Hato Rey. Sin embargo, sostuvo que era un poco intimidante entrar a un mundo conservador que establecía roles a base del género.
«Si uno mira la composición de los bufetes, en aquel entonces, la realidad es que había algunas mujeres en roles prominentes, pero no necesariamente eran personas que tenían matrimonios, que tenían una vida familiar. Habían tomado algún otro tipo de decisión que ponían su carrera ante una vida familiar, y yo creo que eso es algo que nos impacta a todas nosotras cuando llegamos a la carrera», señaló Rexach Rexach.
Ante esta realidad, a la licenciada Rexach Rexach le llamó la atención la composición del bufete donde actualmente labora. Contó que le atrajo el que hubiese un modelo a seguir en la firma como lo fue una de las socias llamada María Santiago.
«[En Schuster] ha habido una apertura de mirar las cosas de otra forma. [...] Dentro de lo que sigue siendo una práctica muy successful, pues hemos podido hacer las cosas diferentes para que no sea escoger una cosa sobre la otra y nos ha dado mucha agencia en ese proceso», agregó.
Durante el pasado mes de octubre, Littler, que es la firma internacional con la que Schuster está afiliada, compartió que recibió su quinta certificación de Mansfield.
La Regla Mansfield mide si los bufetes de abogados han considerado afirmativamente al menos un 30% de mujeres, abogados y abogadas de color, con discapacidades, y profesionales del derecho LGBTTIQ+ para roles de liderazgo y de gobierno, promociones de socios de equidad, oportunidades formales de lanzamiento de clientes y puestos de alto nivel.
«Somos parte de una firma que valora la diversidad no solo en términos de género. Buscamos formas de crear un ambiente de trabajo inclusivo donde ofrecemos oportunidades y beneficios a grupos que tradicionalmente han estado fuera. Por ejemplo, desde hace unos años enmendamos nuestros planes de beneficios para incluir a parejas no tradicionales (ya sean del mismo sexo o no). Seguimos buscando formas de derrumbar barreras, y ofrecer a todos nuestros empleados oportunidades», expresó Rodríguez Alonso.
Uno de los compromisos que tiene Schuster es ofrecer oportunidades y reconocer que en la diversidad está el éxito. «Nuestros clientes son diversos y cada día nuestros clientes nos piden y nos demandan más diversidad», dijo Rodríguez Alonso.
Con relación a la equidad y la práctica del derecho en los bufetes, Rexach Rexach subrayó que la diversidad hace que el servicio a los clientes sea más completo.
«Como un bufete mayormente compuesto por mujeres y la experiencia que nosotras tenemos, además del conocimiento del derecho, podemos ayudar a otros patronos. No hay que esperar a que haya un litigio, a que haya una demanda para atender un problema de inequidad. Lo tratamos de manejar desde antes, desde adentro, desde el día a día con nuestro ejemplo y nuestro conocimiento", afirmó Rexach Rexach.
Parte de los retos que enfrentan las firmas, para Rodríguez Alonso, no recaen en la contratación sino al momento de la promoción. «El issue no es la contratación inicial es luego de esa contratación. Cuál es el camino que tiene esa mujer para desarrollarse y para ser successful dentro del track, el promotion track que tiene la firma», insistió.
Entonces, ¿qué le recomendarían a otros bufetes para hacer un ambiente de más equidad?, preguntó Microjuris.
Tras esta interrogativa, Rodríguez Alonso reiteró que es necesario considerar otros factores y que no se limiten a las horas facturables porque ha sido el criterio definidor de las oportunidades de promoción para muchas mujeres.
«Busquen realmente lo que hace que un abogado sea exitoso, que un abogado sea exitoso ante los tribunales, que un abogado tenga el respeto de los clientes, el respeto de sus compañeros, de sus colegas. [...] Pueden hacerse ajustes en compensación, pueden hacerse muchísimos arreglos para que esa mujer también tenga el acceso a esa mesa de toma de decisiones, tenga también esa oportunidad de ser socia con los ajustes que correspondan», detalló la abogada.
Asimismo, Rexach Rexach mencionó que además de que las y los patronos deben tener la apertura y considerar los aspectos no tradicionales, las mujeres tienen que defender sus derechos.
«Yo lo veía así: Yo soy abogada, yo soy abogada litigante y mi trabajo es defender los derechos y las causas de otras personas, pero yo tengo que ser mi propia abogada también y aprender a hablar por mí y a levantar la voz cuando es necesario», opinó Rexach Rexach.
Para Rexach Rexach, es indispensable que, al ocupar un espacio en los prestigiosos bufetes de Milla de Oro y en cualquier lugar que se practique la profesión legal, la mujer debe reconocer su propia agencia. «Uno tiene para suscitar el cambio, y abogar por uno mismo. A veces nos callamos por miedo a la reacción y eso a veces también es parte del problema», concluyó.