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Por el Prof. Jorge Velázquez Hernández
Este caso del Tribunal Supremo de Estados Unidos, titulado Mahanoy Area School District v. B. L. es muy importante, ya que establece los parámetros de la libertad de expresión de los estudiantes en escuelas públicas, cuando hacen expresiones soeces fuera del horario escolar, y en particular en sus plataformas digitales.
En resumen, una estudiante de primer año de escuela superior («freshman») fue suspendida por un año del equipo «Junior Varsity» de porristas por los directores de su escuela pública, por publicar unas fotos de ella en su Snapchat insultando con palabras soeces a su escuela y en particular al equipo «senior» de porristas que la había rechazado.
Una imagen enseñaba a la menor y una amiga sacando el «dedo del medio», con el texto: «F*ck school; f*ck softball; f*ck cheer; f*ck everything«. La estudiante, luego de ser suspendida, demandó a la escuela pública por violación a su libertad de expresión bajo la Primera Enmienda.
El Supremo determinó que aún cuando las escuelas públicas tienen derecho a disciplinar a sus estudiantes por conducta o lenguaje impropio durante el horario escolar y en el curso de actividades extra-curriculares de la escuela, dicho derecho era mucho más limitado fuera del ambiente escolar.
El Supremo escribe: «courts must be more skeptical of a school’s efforts to regulate off-campus speech, for doing so may mean the student cannot engage in that kind of speech at all».
En este caso particular, el Supremo, por voz del juez Stephen Breyer, determinó que ninguno de los intereses esbozados por la escuela justificaban la suspensión de la estudiante del equipo de porristas, y que dicha suspensión violó su libertad de expresión.
Fundamentó su opinión de tres maneras:
[1] First, the school’s interest in teaching good manners and consequently in punishing the use of vulgar language aimed at part of the school community….is weakened considerably by the fact that B. L. SPOKE OUTSIDE THE SCHOOL ON HER OWN TIME..the school’s interest in teaching good manners is not sufficient, in this case, to overcome B. L.’s interest in free expression.
[2], the school argues that it was trying to prevent disruption, if not within the classroom, then within the bounds of a school-sponsored extracurricular activity. But WE CAN FIND NO EVIDENCE in the record of the sort of "SUBSTANTIAL DISRUPTION" of a school activity or a threatened harm to the rights of others that might justify the school’s action.
[3] the school presented some evidence that expresses (at least indirectly) a concern for team morale….As we have previously said, simple "undifferentiated fear or apprehension . . . is not enough to overcome the right to freedom of expression.
OJO: El Supremo aprovecha este caso para distinguirlo de situaciones en los cuales sí se puede sancionar la conducta y/o expresiones de los estudiantes en las escuelas públicas, a saber:
(1) "indecent," "lewd," or "vulgar" speech uttered during a school assembly on school grounds;
(2) speech, uttered during a class trip, that promotes "illegal drug use,"; and
(3) speech that others may reasonably perceive as "bearing the imprimatur of the school," such as that appearing in a school-sponsored newspaper; and
(4) speech that "materially disrupts classwork or involves substantial disorder or invasion of the rights of others.
El Supremo también insinúa que las escuelas puedan sancionar otra conducta realizada fuera de la escuela que puedan afectar los derechos de terceros, como sería:
1) serious or severe bullying or harassment targeting particular individuals;
2) threats aimed at teachers or other students;
3) failure to follow rules concerning lessons, the writing of papers, the use of computers, or participation in other online school activities; and
4) breaches of school security devices, , including material maintained within school computers.